Pasados unos días de la cena de Nochebuena podemos afirmar que para muchos de nosotros esta no está siendo la mejor Navidad de nuestra vida. El incremento exponencial en el número de contagios y la oleada de positivos hacen que muchas familias celebren las fiestas separadas de nuevo.
Además de esto, la archiconocida Ómicron, nueva variante del virus, nos obliga a tomar medidas y adaptarnos una vez más. Cómo es de esperar, esto produce nuevas consecuencias en nuestra salud mental al ser algo reiterado. Pero no es de extrañar que muchas personas sientan miedo ante esta nueva variante del virus, mucho más contagiosa que las anteriores. En este artículo conocerás con más profundidad cómo nos afecta a nivel psicológico y que podemos hacer al respecto.
Desde que comenzó la pandemia la mayor parte de la población se ha adaptado a las medidas impuestas con el fin de mermar la expansión de la enfermedad. Tanto el uso de mascarillas como el distanciamiento social se han convertido en conductas esenciales, integradas en nuestro día a día. Así mismo, se han implantado medidas que limitan aspectos de nuestra vida tan esenciales como el ocio y que implican la reducción de relaciones sociales, de movilidad, etc.
Agotamiento ante la pandemia
De un tiempo a esta parte nuestra vida como sociedad se ha visto mermada, promoviendo un estado de inseguridad, miedo y frustración. Sin embargo, con el paso del tiempo este miedo parece haberse convertido en agotamiento y desánimo. Los planes de vida y el estilo de vida parecen desmoronarse, lo cual se traduce en enfado y frustración.
Aparecen por tanto emociones negativas normales y propias de un periodo prolongado de malestar, frustración, estrés, etc...Y, además, tras las sucesivas olas del virus junto con los cambios constantes en las medidas, parecen indicar que la pandemia no va a llegar a su fin, al menos a corto plazo.
Esta situación, que está durando demasiado, ha propiciado que una parte de la población adquiera una actitud de desconfianza hacia las autoridades y se tengan menos en cuenta las medidas sanitarias. Es decir, esta parte de la población puede estar desmotivada y mostrar menos interés en acatar las medidas de protección. Al fin y al cabo, si su creencia inicial era que con las medidas de seguridad planteadas esta pandemia terminaría y no ha sido así ¿por qué seguir limitándonos? Es decir, una parte de la población, debido al agotamiento, frustración y limitaciones de actividades sociales puede tener pensamientos compatibles con esas emociones, pensamientos negativos de desánimo.
El hecho de que la duración de la pandemia se alargue hace también que nuestra salud mental se vea afectada. Es natural sentir miedo ante la incertidumbre provocada por la situación actual y sentimos preocupación tanto por nuestra salud como por la de nuestros seres queridos. El miedo combinado con el estrés y la apatía se pueden manifestar a través de una serie de síntomas, entre los que se encuentran: alteración del sueño y el apetito, pensamientos negativos recurrentes, sentimientos de tristeza, falta de motivación, irritabilidad y problemas de concentración.
En general, las personas se encuentran desgastadas, tanto física como mentalmente y son más vulnerables ante determinados eventos. En consecuencia, se relativizan las consecuencias de la COVID, entendiendo que no son tan graves, por lo que las posibilidades reales de contagiarse pueden aumentar.
Está bien no estar bien en Navidad
Es evidente que la época navideña conlleva cambios en nuestra rutina. Comenzamos a realizar compras de regalos y comida, nos reunimos con familiares y amigos y asistimos a comidas y cenas. En general, la Navidad es sinónimo de alegría e ilusión. Sin embargo, para muchos estas fechas es sinónimo de nostalgia y, en muchos casos, de sufrimiento. El estrés y agobio que conllevan estos eventos puede ser crítico para personas que no están pasando por su mejor momento o tienen problemas de salud mental.
Por lo que, estas fechas pueden agravar problemas de salud mental entre ellos los relacionados con síntomas depresivos o de ansiedad. Y en mayor medida que en otros años, al sumarse el contexto en el que vivimos de restricciones y limitaciones sociales que no parecen tener fin.
Además, existe una presión de la sociedad por estar felices y más en estas fechas. Si hay alguien que sufre, es porque hay un problema, algo que no funciona en su vida. El hecho de concebir el sufrimiento como un problema, algo a eliminar supone graves consecuencias en la salud de las personas. Pueden verse como extraños, que no encajan en la sociedad y deben hacer todo lo posible para “estar felices”.
En algunos casos, hay personas que se ven obligadas a simular o fingir que se sienten bien en su entorno social. Esto supone un gran esfuerzo emocional, además de que no se pueden permitir expresar las emociones tal y como las sienten. A la larga, las consecuencias y el esfuerzo que esto implica son tremendamente perjudiciales. Cuanto más diferente sea el cómo te sientes realmente y el cómo lo reflejas en el exterior, mayor será el malestar emocional experimentado.
En este sentido, hay personas a las que la Navidad les desborda completamente, viéndose arrastradas por las emociones. También hay personas que no pueden estar con sus seres queridos, ya sea porque están confinados, porque viven lejos y no tienen la posibilidad de desplazarse o porque han fallecido.
Otras veces, la Navidad se puede vivir con dolor y trauma ya que va asociada a recuerdos dolorosos, melancolía o duelos, relacionados en ocasiones con el COVID-19.
¿Qué se puede hacer?
En los últimos años, la salud mental es uno de los temas centrales en los principales países desarrollados. En España, acudir al psicólogo es cada vez más común y no es raro ver que este tema se trata en debates políticos. También se han lanzado campañas de concienciación acerca de la importancia de cuidar la salud mental. En PsicoAlmería, un centro de Psicología ubicado en Almería y que realizan también sesiones online, están tratando con éxito casos relacionados con la pandemia actual. Son recomendados sus psicólogos al ser expertos en atender de manera efectiva síntomas relacionados con ansiedad, depresión, estrés, duelos y agotamiento mental entre otros.
A pesar de esto, es necesaria la colaboración de toda la sociedad para apoyar, ayudar y mostrar empatía cuando alguien lo necesita. Ayudar y animar a que se normalice cada vez más acudir a un profesional de la salud mental está en mano de todos.
Por otro lado, la situación de pandemia puede acentuar las consecuencias de sufrir alguna enfermedad o trastorno mental. Dada la incidencia de la COVID y las graves consecuencias, tanto a nivel físico como psicológico que tiene en la población mundial, no es de extrañar que se agraven o se originen enfermedades posteriores.
Es importante señalar que la Organización Mundial de la Salud ha publicado algunas directrices generales que sirven de orientación en el caso de padecer algún trastorno de salud mental. En esta publicación se destaca sobre todo mantenerse en contacto con los seres queridos, ya sean familiares o amigos, que puedan ofrecer ayuda en caso de que la situación empeore.
Si, además, se está bajo tratamiento farmacológico es importante mantener la adherencia. Y, en el caso de las personas que reciben terapia psicológica, es importante averiguar cómo permanecer en contacto con el profesional clínico durante la pandemia o en el caso de que necesiten recibir terapia psicológica acudir a un profesional de la salud mental con experiencia como los psicólogos de PsicoAlmería.
Además de estas medidas, se pueden tomar medidas básicas pero esenciales para sobrellevar la situación. Para ello, es importante centrarse en tres áreas clave: el área intelectual, emocional y física. Estas áreas están relacionadas entre sí. Es vital mantenerse activo y productivo, es decir, estudiar, trabajar o teletrabajar, leer o aprender un idioma nuevo. Estas actividades se relacionan con el ocio, así que ver películas, escuchar música, pintar o cuidar de plantas y animales ayuda a nuestro bienestar.
Así mismo, es necesario mantener una buena rutina de sueño y de alimentación, intentar realizar ejercicio físico de forma habitual y, si se desea, practicar ejercicios de relajación, meditación o yoga. También es recomendable aceptar la situación en la que se está y pedir ayuda profesional, en PsicoAlmería recibirás la atención psicológica adaptada a tu situación y conseguirás el bienestar emocional que necesitas.
Todas estas recomendaciones ayudan a salir del círculo vicioso en el que se puede caer cuando todos los días parecen iguales y se está en una situación de desesperanza y cansancio.
Tanto si es Navidad como si es cualquier otra fecha, cuando hay personas que están pasando por una situación difícil, lo fundamental es estar ahí con ellas y saber que pueden contar contigo y con el apoyo de un profesional si lo necesitan. De esta manera contribuiremos a reducir el estigma que conlleva el hecho de sufrir en nuestra sociedad, subraya la psicóloga y directora de PsicoAlmería Verónica Valderrama Hernández.
Puedes contactar en el teléfono 644 67 97 81.
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