El testimonio del periodista almeriense José Antonio Martínez Soler narrando los presuntos “tocamientos y abusos” sufridos en su etapa escolar en el Colegio La Salle de Almería ha desencadenado dos reacciones en el seno de la Iglesia: tanto la Diócesis de Almería como La Salle han actuado tras la publicación, en LA VOZ, de la revelación por parte del fundador de 20 Minutos de unos hechos que habrían tenido lugar hace cerca de 70 años, cuando él tenía “8 o 9 años”.
En primer lugar, La Salle se puso en contacto con el propio Martínez Soler a través de su responsable de relaciones institucionales, Isabel Llauger.
Llauger transmitió a Martínez Soler el “apoyo” de la institución educativa, ofreciendo a quien fuera víctima de abusos a cargo de un fraile en La Salle “ayuda” e incluso “abrir una investigación” en torno a lo sucedido en el colegio almeriense.
Sin embargo, el propio Martínez Soler transmitió a Llauger que “no tiene sentido investigar” unos hechos tan lejanos en el tiempo (teniendo en cuenta, además, que el religioso de La Salle habría fallecido ya años atrás).
En dicha conversación telefónica, Llauger también transmitió al almeriense todas las medidas que la institución educativa estaba llevando a cabo “para evitar que eso vuelva a suceder”.
Por su parte, José Antonio Martínez Soler explicó a la responsable de relaciones institucionales de La Salle que no guarda “rencor por La Salle; al contrario”.
De esta forma, el periodista explica que la publicación de su testimonio en este periódico le permitió superar aquel suceso de su preadolescencia que le dejó “una huella para siempre”. “Me he quitado un peso de encima”, explica Martínez Soler.
Obispado
Por su parte, la Oficina Eclesiástica de Protección al Menor y Personas Vulnerables de la Diócesis de Almería también ha movido ficha.
Creada en 2020 para cumplir con el mandato del papa Francisco de abrir una de estas instituciones en todas las Diócesis, la Oficina de Protección al Menor de la Diócesis de Almería ya ha iniciado los trámites para contactar con Martínez Soler “para abrir una investigación y ver hasta dónde llega”, tal y como explica a LA VOZ su directora, la abogada Rosa María Fernández Sánchez.
El hecho de que sean dos instituciones las que ser interesen por el caso de abuso sexual denunciado por Martínez Soler a través de la prensa responde a una cuestión relevante en esta situación concreta: “la Diócesis no tiene jurisdicción sobre los religiosos de cualquier congregación”, tal y como explican fuentes oficiales del Obispado. De hecho, “La Salle es una entidad jurídica distinta a la Diócesis”, aclaran.
No obstante, la oficina dirigida por Rosa María Fernández actúa de oficio poniéndose en contacto con Martínez Soler y, al igual que La Salle, ofrecen su ayuda a esta presunta víctima de abusos sexuales en el colegio.
“Más allá de que se investigue o no, nosotros ofrecemos acompañar a la víctima”, aclara la abogada.
“Nuestra principal misión es acompañar al que sufre, de la manera que él quiera: investigando hechos, dándole acogida, atención pastoral, psicológica...”, detalla la directora de una oficina que, a decir verdad, no ha recibido a día de hoy ninguna denuncia por abusos sexuales en la Diócesis de Almería.
De hecho, el propio obispo de la Diócesis, Antonio Gómez Cantero, explicaba en un encuentro con los medios hace unas semanas que no había constancia de casos de abusos sexuales por parte de religiosos en la Iglesia almeriense.
De esta forma, este sería el primer caso que ve la luz, tal y como narraba él mismo en unas duras líneas: “Pasó de acariciarme el cuello y la cara a mis muslos. Me quedé paralizado. No pude o no supe reaccionar hasta que me abrazó e intentó acariciarme el pito”.
Trabajo en prevención y formación
Más allá de ser el lugar en el que denunciar y gestionar posibles casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, la Oficina de Protección al Menor y Personas Vulnerables de la Diócesis de Almería tiene marcados otros objetivos en esa labor marcada por el propio papa Francisco para atajar parte de un problema que afecta a toda la sociedad por completo.
De hecho, si bien no hay denuncias en la Diócesis de Almería, no quiere esto decir que esta nueva institución eclesiástica no tenga trabajo, precisamente, algo que aclara y detalla su propia directora, la abogada Rosa María Fernández Sánchez.
“Aparte de acompañar al que sufre, nuestro plan es más ambicioso”, plantea. “Queremos trabajar en la prevención. Prevenir posibles actitudes o situaciones que puedan dar lugar a abusos o situaciones que no sean óptimas. Y formación. En cómo tratar, cómo detectar precozmente casos así”, desmenuza Fernández Sánchez en declaraciones a LA VOZ.
Además de esta abogada, la Oficina de Protección al Menor y Personas Vulnerables de la Diócesis de Almería está compuesta por otro laico (Javier Galindo Berruezo, licenciado en Derecho Civil, abogado civilista y técnico jurídico del Obispado de Almería) y el vicario general de la Diócesis de Almería, Ignacio López Román, quien es además licenciado en Psicología.
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