“No son dos guardias civiles corruptos que solo vigilaban, aquí se han pringado”

Comienza el juicio a dos guardias civiles por organizar presuntos robos de droga a traficantes

Panorámica de la sala, con la fiscal a la izquierda y los letrados Mónica Moya y José Miguel Ramos
Panorámica de la sala, con la fiscal a la izquierda y los letrados Mónica Moya y José Miguel Ramos La Voz
Javier Pajarón
20:13 • 15 mar. 2022

Los dos guardias civiles ocuparon la segunda fila de los bancos de madera de la sala de vistas. Las manos engrilletadas. Tres policías a su espalda, a distancia de un brazo. Y a su alrededor, seis varones acusados de colaborar en una presunta trama de robar droga a narcotraficantes.




R. y J. se enfrentan a peticiones de 20 años de prisión por urdir presuntamente tres ‘vuelcos’ de droga en la provincia de Almería, gestados gracias a su labor como agentes del puesto de la Guardia Civil en Níjar. La vista oral comenzó este martes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería con la expectación. En la sala, un grupo de los más conocidos penalistas de Almería y fuera una veintena de familiares.




El caso, destapado por LA VOZ DE ALMERÍA el 24 de julio de 2020, examina las responsabilidades de los dos presuntos agentes corruptos y, por ende, las bases de la investigación de la Policía Judicial y Asuntos Internos de la propia Benemérita.
La Fiscalía solicita penas altas por siete delitos de pertenencia a organización criminal, falsedad, robo con fuerza, contra la salud pública y revelación de secretos. La tensión se sentía en la primera sesión del juicio oral celebrada este martes.

Las defensas



Las defensas concentraron inicialmente su mirada en las posibles nulidades de las escuchas telefónicas y las grabaciones obtenidas de los micrófonos instalados en el coche patrulla.  “Las conversaciones  telefónicas tuvieron una absoluta carencia de indicios (...) una falta de motivación”, aseveró Mónica Moya, abogada del agente R., principal señalado en el proceso.



“El auto está falto de motivación, no concreta el lapso de temporal ni quiénes se iban a reunir y contiene un error material en la matrícula del coche”, añadió José Miguel Ramos, abogado del agente J. “Es llamativo que 40 peticiones de prueba sean rechazadas durante la instrucción y que solo se hayan practicado las solicitadas por el Ministerio Fiscal”, lamentó.




El tribunal, presidido por la magistrada Soledad Jiménez de Cisneros, anunció que las cuestiones previas se resolverían en la sentencia y rechazó las peticiones realizadas por el letrado José Luis Alabarce sobre “la denegación de 15 testificales”, que calificó de “superfluas e innecesarias”.




Superado el trámite inicial, cuatro de los seis acusados prestaron declaración (los guardias civiles lo harán este miércoles). Sus relatos  son contrarios a los intereses de los agentes. Tres de ellos señalaron al guardia civil R. como impulsor de los robos de droga. El cuarto, defendido por Carlos Ferre, negó cualquier implicación en las actividades investigadas.




El acusado Z. aseguró que se reunió con “dos guardias civiles y una tercera persona que no conocía”. Mientras los acusados I. y Ra. señalaron directamente al agente R. como la persona que diseñó el asalto a una nave donde se cultivaba marihuana. De hecho, el acusado Ra. aseguró que le dieron una bolsa con ropa oficial de la Guardia Civil, que supuestamente iban a usar para el asalto. “Se puso en contacto R. para coger lo que había en la nave, supuestamente marihuana, pero fuimos Ra. y yo y no nos convenció la cosa, y no fuimos”, describió el acusado I.




Escuchas

La fiscal antidroga, María de los Ángeles Pérez, describió de manera gráfica el papel que adjudica a los presuntos guardias corruptos. “Estamos acostumbrados en estos casos a ver a agentes que no actúan como auténticos ladrones, lo normal es que pongan la mano y no se pringuen, pero aquí sí se han pringado”, afirmó la fiscal en sus alegaciones sobre las cuestiones previas. “No se trata de unos guardias civiles corruptos que vigilan y no se dedican a dar palos”.


La fiscal citó una conversación telefónica captada al agente R. con su esposa durante la investigación de Asuntos Internos en la que presuntamente hablaba de posibles ganancias. “Su mujer le respondió: cállate ya, subnormal, si yo fuera la secreta te fundía los plomos”.


La Fiscalía les acusa de “planear las actuaciones delictivas aprovechando su conocimiento” e “instruir al resto de procesados a fin de que en los ‘vuelcos’ planeados fingiesen ser guardias civiles”, según el escrito.  Se describen tres presuntos episodios, a saber, la captura del camión con marihuana en la A7 el 26 de febrero, un intento de robo en una nave de Níjar donde se cultivaba cannabis en junio de 2020 y el robo de 19 kilos de resina de hachís el 11 de julio. El juicio oral se retoma este miércoles. Están previstas sesiones durante toda la semana.


El GPS y los micrófonos en el coche patrulla

La operación se produjo durante los meses más duros de la pandemia. Según la acusación, los agentes desconectaron el sistema de seguimiento GPS del coche patrulla para evitar dejar huella de su ruta. Asuntos Internos instaló micrófonos en el vehículo. Las defensas piden que se haga una pericial de las voces para acreditar que eran ellos y no otros guardias.



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