La capital andaluza se posiciona como una de las ciudades más visitadas

Una de las ciudades más demandadas por los usuarios en lo que llevamos de año

La ciudad de las mil caras, o de las numerosas culturas.
La ciudad de las mil caras, o de las numerosas culturas. La Voz
La Voz
12:17 • 18 mar. 2022

Sevilla es una de las ciudades más demandadas por los usuarios, tanto a nivel nacional como internacional, para pasar unos días de desconexión, turismo y disfrute. Y en cierto modo no es de extrañar, ya que el turismo en la ciudad cuenta con un incremento del 137% respecto a 2020, ya que la capital andaluza es la ciudad que mejor engloba y sintetiza, en la totalidad de su provincia, la esencia y la tradición de todo el territorio nacional.



 



Días soleados, puestas de sol interminables bajo la sombra de la Giralda, la brisa del Guadalquivir mientras paseamos por el puente de Triana, el olor a incienso y a jazmín en sus calles o degustar la mejor gastronomía mediterránea en cualquier acogedor rincón de la ciudad.



 



Con un excelente y envidiable clima, una gastronomía inmejorable y el arte de sus gentes, Sevilla aún dispone de otros factores que evidencian y respaldan estos datos turísticos. Y es que además de lo anteriormente citado, esta provincia cuenta con un rico patrimonio histórico, artístico y cultural incalculable, algunos más conocidos, y otros más ocultos.



 



De este rico patrimonio, sobre todo del más desconocido, se explica el boom turístico así como el auge de los free tours por Sevilla, para desvelar los secretos escondidos entre las estrechas calles de los singulares barrios que conforman esta bella, colorida y enigmática ciudad Hispalense.



Sevilla, historia, arte y raza, desde la Judería hasta Triana

 

Sevilla, al igual que otras comunidades andaluzas, es testimonio físico, el relato estético y documental de un tiempo determinado de acción humana, y eso queda patente al ser considerados algunos de sus edificios y monumentos patrimonio artístico de la humanidad.

 

La gran mayoría de estos monumentos se erigieron durante el dominio Almohade en la provincia, y fruto de esta unión encontramos la Torre del oro, la Giralda o el Real Alcázar.

 

No sería hasta el reinado de Felipe II, que se construyeran otros de los enclaves más importantes y céntricos de la capital, como son la catedral, el archivo de Indias, el ayuntamiento o una de las primeras y más antigua Casa de la Moneda, que fue autorizada, entre otras siete repartidas por el territorio nacional, por los Reyes Católicos.

 

Saliendo de la zona centro e introduciéndonos en el casco antiguo, en pleno Alcázar, nos vamos a encontrar en mitad de uno de los barrios con más historia de la ciudad: la Judería.

 

La estancia de los judios en la capital andaluza es previa a la romana, haciendo de este barrio uno de los más antiguos y mágicos de la ciudad. Caminos estrechos y laberínticos en un suelo empedrado que nos conducen a través de sus calles a revivir un pasado que aún está latente en cada casa, plaza, comercio e iglesia.

 

Y aunque cada lugar de ese barrio es historia, hay cinco lugares donde su visita es obligada, como son la plaza de Santa Cruz; una iglesia influencia por tres culturas, árabe, judía y cristiana, la Santa María Blanca; la calle verde, una abundante vegetación que oculta una de las historias más misteriosas de la ciudad; el Patio de Banderas; y por último, la Plaza de los Refinadores, que recibe ese nombre en recuerdo a los refinadores de cuero, actividad que se practicaba en esas plaza hace siglos.

 

Sin embargo, hoy día es conocida por la estatua que la preside de un personaje ilustre de la literatura, Don Juan Tenorio.

 

Cruzando el Guadalquivir por el puente de hierro más antiguo de España, el puente de Isabel II, popularmente conocido como el puente de Triana, desembocamos en uno de los barrios menos conocido para los turistas, pero donde sin duda se muestra sin filtros y se pone de manifiesto la naturaleza sevillana: Triana.

 

Gastronomía, sencillez, arte y sevillanas, junto a las orillas del río Guadalquivir, y mientras paseamos por la alegre calle Betis, visitamos el castillo de San Jorge o compramos algo en el mítico mercado de Triana.

 

Sevilla es un recorrido histórico, cultural y documental, reflejo de todo ello lo encontramos en sus cálidas y luminosas calles empedradas. Pero la ciudad también presenta estructuras de interés de origen contemporáneo, algunas de ellas consecuencia de la exposición Iberoamericana de 1929, o la exposición universal de 1992.

 

La ciudad de las mil caras, o de las numerosas culturas que en ella han habitado; la que no duerme, con terrazas al aire libre, cerveza fría y baile flamenco; la cristiana, con su culto, tradición y entrega a la celebración de la Semana Santa. Sevilla es todo eso y mucho más, por eso no es de extrañar que cada vez sean más  los visitantes que no quieran perderse las bondades que nos brinda la capital de Andalucía.

 


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