La lucha silenciosa de Olena: salva de Ucrania a una familia con discapacidad

Lesia y sus dos hijos pequeños se instalan en Aguadulce tras ocho días de viaje

La familia ucraniana que ya se encuentra refugiada en Almería.
La familia ucraniana que ya se encuentra refugiada en Almería. La Voz
Miguel Delgado
20:59 • 01 abr. 2022

Olena Mymrina (45) es ucraniana, lleva casi una veintena de años trabajando en Almería y padece una discapacidad auditiva. La comunicación con su familia, residente en la ciudad de Odesa, a orillas del Mar Negro, cumplía los cánones de la normalidad hasta hace ahora un mes; momento en el que comenzó comenzó la invasión de las fronteras ucranianas por parte de las tropas del Ejército de Rusia. "Solo tengo allí a mi hermana, ella no se quiere venir porque está casada y muy enamorada de su marido, que está ofreciendo su ayuda a niños y mayores con su furgoneta cargada de alimentos para los más vulnerables", señala Olena, y añade que "a pesar de que la situación de allí sea muy mala ellos no quieren salir de allí porque ellos no pueden salir de allí como ellos quisieran, porque no los dejan salir de las fronteras", añade.



Tener discapacidad auditiva, lo que a todas luces podría presentarse como un hándicap en pleno conflicto bélico, ha sido un pilar fundamental que ha jugado a favor, y mucho, para rescatar a una familia ucraniana de las bombas rusas. Mymrina, conocedora del lenguaje de signos español y ucraniano, puso desde el primer momento todo su interés para salvar a sus compatriotas ucranianos, también con dificultades auditivas, y ponerlos a salvo en tierras almerienses.



En busca de una nueva vida



En concreto, Lesia y dos hijos pequeños, niño y niña, han viajado a lo largo de ocho largos días desde el Este de Europa hasta la provincia almeriense dispuestos a comenzar una nueva vida en España. "Quiere buscar trabajo para alimentar a sus hijos, pero sin papeles no pueden trabajar", indica Mymrina. Por ello esta ucraniana, en solidaridad con sus compatriotas, ha ejercido de mediadora entre los cuerpos de seguridad y la familia para la obtención de los permisos comunitarios que garantizan sus derechos en el interior de las fronteras europeas.



Después de superar las diferentes dificultades para salir de Ucrania, la familia se encuentra instalada de manera temporal en Aguadulce en busca de una prosperidad que no han encontrado en el país invadido por el ejército ruso a órdenes del presidente Vladimir Putin. Una pieza capital para la integración de estas personas en la sociedad almeriense es, sin lugar a dudas, dominar la comunicación española. Si bien la comunidad sorda de Rusia y Ucrania comparten el lenguaje de señas, además de una importante base cultural, no ocurre lo mismo con el lenguaje de señas estándar de nuestro país.



Una mochila de recuerdos



Casi una decena de días han permanecido este grupo de ucranianos con discapacidad auditiva viajando por diferentes países europeos. "Solo han dormido una noche en todo el viaje, el resto del tiempo han estado viajando. Le acompañaban la ropa que cabe en una mochila y algunos objetos personales", señala Olena sobre la familia ucraniana que ya respira la tranquilidad de Mediterráneo.



"Han tenido que dejar su casa, el coche, el trabajo, los amigos o, incluso, la familia para emprender, a pesar de la dificultad, una nueva vida. Ha sido la primera vez que Lesia viajaba con sus hijos, pero las condiciones no eran las que deseaban. Ellos han vivido muchos años en Kiev y siempre en la misma zona", comenta Olena.


"Hasta la fecha, unas 13 personas ucranianas sordas han muerto a causa de la guerra", recuerda la ucraniana en relación a la crítica situación que se vive desde hace varias semanas en tierras ucranianas. Donde la guerra ha conseguido separar a familiares para hacer frente a la ofensiva rusa que se prevé que alargue en el tiempo la precariedad social que protagoniza la zona en la actualidad.


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