Medio centenar de rostros anónimos en el depósito forense

El 16 de octubre de 2016 una patera de fibra de seis metros de eslora partió de una playa en la localidad argelina de Ain Turk. Los jóvenes cargaron equipaje ligero a las diez de la noche y tomaron posiciones sobre pequeña cubierta de color blanco. Rumbo norte, con las luces de Orán haciéndose pequeñas a su espalda.

La travesía se torció al amanecer. El casco empezó a hacer aguas a unas 20 millas náuticas de la costa de Almería. Los comenzaron a ser atrapados por el miedo, las olas y las corrientes. Solo dos de los 14 ocupantes de la patera argelina pudieron ser rescatados con vida por Salvamento Marítimo.

El litorial del Levante presenció esas semanas un goteo de cadáveres sin nombre, con rostros desfigurados por la hinchazón e historias sumergidas bajo las aguas de Alborán. Entre septiembre y octubre una docena de cuerpos aparecieron a flote frente a las playas de Carboneras, Níjar, Vera y Garrucha, a los pies de la orilla. Sin documentos, con las facciones castigadas por el agua y a menudo sin ropa, apenas se pudieron identificar dos cuerpos.

De 2016 al primer semestre de 2021, el Instituto de Medicina Legal de Almería ha registrado 56 cadáveres sin identificar, según datos facilitados por la Consejería de Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local de la Junta de Andalucía.

La mayoría de los cuerpos corresponden a naufragios de pateras en el Mar de Alborán, episodios desconocidos para las autoridades que solo se manifiestan en la tragedia de sus cuerpos a flote.

El informe de fallecidos muestra la recuperación de restos mortales de personas en Cala de la Cueva (Villaricos), Cala de los Toros (Níjar), San José (Níjar), Los Genoveses (Níjar), Los Muertos (Carboneras), Las Salinas de Cabo de Gata, Guardias Viejas (El Ejido) o la Playa del Censo (Adra).

No obstante, los cuerpos aparecen ‘censados’ mayoritariamente en el Puerto de Almería, ya que fueron avistados por los equipos de emergencia y seguridad, embarcaciones recreativas o pesqueros en alta mar y trasladados posteriormente hasta el Muelle de Poniente para el correspondiente levantamiento judicial, en manos del Juzgado de Instrucción de Guardia en la capital.

Colaboración
Según el Ministerio del Interior, los investigadores de la Policía Científica y Judicial utilizan pruebas “dactiloscopia, odontología y perfil genético” en contacto con Medicina Legal. Además, se realiza un trabajo de inteligencia con el análisis de ropas y posibles imágenes a disposición de los agentes de la Policía Nacional.

El trabajo es, en la práctica, muy complejo. El Estado no suele contar en sus bases de datos con registros de los migrantes recuperados en estas condiciones y su identificación se convierte en misión imposible.

El Ministerio de Justicia y Cruz Roja Española firmaron un acuerdo de colaboración en materia humanitaria e identificación de cadáveres 28 de abril de 2021. “Los Institutos de Medicina Legal y Ciencias Forenses dependientes del Ministerio de Justicia compararán con sus bases de datos de cadáveres no identificados, los datos de personas desaparecidas que facilite Cruz Roja Española”.

“En caso de posible coincidencia, y en los términos que fije la autoridad judicial, se comunicará a Cruz Roja Española, a fin de que facilite el contacto con los familiares para la realización de las pruebas pertinentes”, recoge el acuerdo.

Por su parte, Cruz Roja se comprometía a “compartir información proveniente de las solicitudes de búsquedas de personas desaparecidas”. Este aspecto se realiza también con otras ONGs, fundamentalmente gracias a la información que pueden recopilar mediante familiares en origen o en territorio nacional.

Desaparecidos
La Organización Internacinoal de las Migraciones (OIM) cifra en unas 160 personas las fallecidas en pateras de la ruta de Alborán. La cifra es similar a la ofrecida por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) en su balance anual sobre la Frontera Sur, presentado en el mes de febrero.

APDHA va más allá y añade otros 492 muertos o desaparecidos en las costas argelinas. Esta valoración de bajas en la primera parte de la ruta migratoria es menos conocida y refleja un drama humanitario mucho mayor del anunciado por los naufragios frente a Cabo de Gata.

El estudio asegura que 2.126 migrantes perdieron la vida el año pasado en rutas migratorias a España.