Los edificios también se hacen mayores. A ellos no les salen canas, ni pierden forma física ni arrugas en la piel, pero sí que los años les pesan en su estructura, en el aspecto de sus fachadas o le aparecen grietas en sus cubiertas.
Y es que los inmuebles también tienen sus achaques y, como nos pasa a nosotros, no todos envejecen de la misma manera. Hay personas que llegan a los 80 años casi sin conocer a su médico de cabecera y otros que necesitan estar bajo control sanitario, depende tanto de la vida que llevemos como de nuestra propia constitución. Algo así le pasa a los edificios, que su necesidad de mantenimiento, de revisión, depende de su edad pero también, y sobre todo, de lo que haya sufrido, de la técnica con la que se haya construido y de los materiales que se usaron.
No es que vaya a hacer filosofía con el mantenimiento de edificios pero sí que con esta comparativa se pueden poner las bases para analizar la situación del parque inmobiliario de la ciudad actualmente y los dos colapsos que se han producido en los forjados de dos cubiertas en El Tagarete.
Hace ya siete años, el entonces decano saliente del Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos, Juan Murcia, hablaba del envejecimiento de los edificios de la ciudad y su apuesta por reflejar en un posible nuevo Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) actuaciones de rehabilitación por barrios y establecer después prioridades y años de intervención.
Echando un vistazo a los datos que tiene el Catastro sobre la antigüedad de edificios, siempre teniendo en cuenta que los barrios no se levantan de manera uniforme, sí que se puede contemplar que hay zonas cuyos bloques, no entramos en unifamiliares, son muy antiguos y con técnicas de construcción muy diferentes a las actuales.
Así, en el barrio de El Zapillo el conjunto de inmuebles ubicados entre la calle Félix y Abrucena data de mediados de los años 50, fecha muy similar a los edificios del barrio de los pintores, el entorno de Plaza de Toros o las 100 viviendas que se levantaron entre la calle Poeta Paco Aquino y Carretera de Ronda. De los sesenta, algunos de mediados de la década y otros de finales, son las promociones de El Tagarete, las 500 Viviendas o Los Ángeles.
Luego los hay más ‘jóvenes’ como el entorno de calle Altamira en los sesenta, Oliveros entre los 70 y 80 al igual que Nueva Andalucía.
Mantenimiento
Es cierto que la ley obliga a los propietarios de los edificios a que, una vez que el inmueble cumple 50 años, pase el Informe de Evaluación de Edificios (IEE), como la ITV en los coches. Con ella se supone que se garantiza la seguridad del edificio y su habitabilidad.
¿Pero las comunidades de propietarios las pasan? Ciertamente se trata de un trámite costoso y muchas no lo hacen. Según el Ayuntamiento de la capital desde que entró en vigor la ley en 2013 han sido 1.402 los inmuebles que han pasado esta revisión y la han presentado ante Urbanismo, siendo los años 2013 y 2014 los que mayor cantidad de expedientes con 578 y 365 respectivamente. Los datos fueron bajando hasta llegar a los 45 de 2019, los 30 de 2020, los 18 de 2021 o los 7 que van en este 2022.
Desde el Consistorio recuerdan que para poder optar a cualquier ayuda para rehabilitar viviendas tienen que contar con este IEE mientras los vecinos reclaman ayudas para poder sufragar ese informe.
Explica el secretario técnico del Colegio de Arquitectos, Miguel Fernández, la importancia de ir más allá en esa evaluación de edificios, de apostar por hacer catas y no solo algo visual, y sobre todo, de establecer además de las patologías del inmueble una programación para la reparación que en muchos casos debe ir más allá de arreglar una fachada y que debe llegar a comprobar la situación de las estructuras y armaduras del inmueble. Detectar el problema y dar una solución.
Obligaciones y prevención
Los dos colapsos en cubiertas de edificios en El Tagarete ha sido toda una llamada de atención a aquellos vecinos cuyos inmuebles tienen ya una edad y en los que no se ha realizado un mantenimiento continuado. De hecho, el segundo bloque no tenía ninguna patología detectada hasta la caída de la cubierta.
Teniendo en cuenta que este barrio se levanta en los 60 con el objetivo de ser viviendas asequibles para los trabajadores, lo que obligaba a usar materiales que no elevaran en exceso los precios, ya hay voces que piden al Ayuntamiento de Almería que intervenga y promueva una revisión de los edificios que hay alrededor, que datan de fechas similares y con el mismo sistema constructivo como prevención.
Lo cierto es que es obligación de los propietarios velar por ese mantenimiento, pero también de la administración de obligar a que se realicen esos Informes de Evaluación de Edificios (IEE) aunque para eso sea necesario ayudar a las comunidades con dificultades.
Además, es muy importante que desde la administración local se tenga totalmente controlada la situación en la que se encuentra su parque inmobiliario para poder actuar sobre él. Ahora con la elaboración del Plan Municipal de Vivienda esta es una de las principales cuestiones a desarrollar, toca que se haga de forma efectiva.
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