El campanario de la catedral ya tiene su polémico ascensor

El campanario de la catedral ya tiene en su vientre un ascensor de metal y cristal mirando a la calle Velázquez, un proyecto que se inició a finales de 2020. Con ello, se dará pie a que la seo almeriense pueda ser visitadas por los turistas también en su parte más alta.

La justificación de este ascensor por parte del obispado es que las visitas sean accesibles para personas con movilidad reducida. Sin embargo, el proyecto levantó ampollas en el seno de la Comisión Provincial de Patrimonio: el jefe de Patrimonio de la Delegación se mostró contrario por el impacto que genera el artefacto y unos días después cesó de sus funciones. La Asociación de Amigos de la Alcazaba ha lamentado que "esta obra se ha realizado en nombre de la accesibilidad, mientras varias de las puertas del monumento almeriense siguen sin estar adaptadas a las personas con escasa movilidad".

En enero de 2021, las obras de rehabilitación de la torre campanario de la Catedral de Almería- Monumento Histórico Artístico del Tesoro Nacional desde 1931- incluyeron la realización de agujeros con taladro en la piedra caliza de cuatro siglos de antigüedad.

Los trabajos en esta torre, que data de principios del siglo XVII diseñada por Juan de Orea bajo mandato del obispo Portocarrero, fueron realizados por la empresa Rehabitec, de Antonio Nieto Antolín, y la dirección de la obra estuvo a cargo del estudio madrileño de arquitectura Lavila Arquitectos con Juan de Dios de la Hoz como director de obra. 

La inclusión del elevador mecánico en el proyecto levantó ampollas en la sesión de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico celebrada el 20 de agosto de 2019. El acta demuestra que el proyecto se aprobó, aunque con el voto en contra del jefe del Departamento de Protección del Patrimonio de la Delegación Provincial, Joaquín Sierra Fernández, que no ha formado parte de la Comisión Provincial en las últimas sesiones, relevado por Diómedes Parra.

Sierra se opuso al ascensor alegando que “generaría demoliciones irreversibles en elementos constructivos históricos de la bóveda y en el forjado de la madera”, añadiendo que “contravendría los principios del artículo 20 de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía”.  El resto de miembros -Eloisa Cabrera, Angeles Sáez, Enrique Pírez y José Nicolás Ayala- dieron su voto favorable. Actuó como secretario, José Antonio Ibáñez y como uno de los técnicos invitados el propio redactor del proyecto, Juan de Dios de la Hoz.