“Trabajo desde Almería para una empresa con sede en Barcelona, y con clientes por todo el mundo”, dice Brett Ellims y sonríe, abriendo las manos. “Tengo mi ordenador, mis dos pantallas, y mis auriculares. Es todo lo que necesito. Y lo mejor es que puedo ir donde quiera y seguir trabajando. Si tengo una buena conexión de internet..., no hay problema”.
Brett es de Sidney, Australia, y confiesa que aún le cuesta un poco de trabajo el idioma, pero se hace entender muy bien, y ya va cogiendo, incluso, un acento de estas tierras en las que ha echado raíces. Cuando terminó la escuela entró a trabajar en la tienda de sus padres, y luego en el sector inmobiliario, pero allá por 2006 salió a recorrer un poco el mundo, y en Londres conoció a una muchacha de Almería...
En 2008 ella tuvo que volver a su tierra, y él la siguió. “para ver otras formas de vida”, dice. Se casaron en 2009 y luego se fueron a Australia, donde vivieron una década y nacieron sus dos hijos. Pero al final volvieron a Almería. “Vinimos porque aquí es más tranquilo”, explica. “Sidney es una ciudad grande, y el estilo de vida es diferente. Todo es mucho más independiente, la familia..., todo”. Brett admite que echa de menos a la familia, a los amigos de toda la vida, incluso el estilo de vida. “Pero vinimos por los niños”, añade. “Pensamos que era mejor para ellos tener cerca a los primos, los abuelos... Allá todos viven más lejos, y aquí los veo tan felices...”.
Almería, además, le gusta por muchas cosas. “El clima, la gente, puedes ir andando a cualquier sitio... Y tenemos mucha familia para ayudarnos. Y la comida, que es la mejor del mundo, sin duda alguna”.
Remoto
El trabajo en remoto es, sin duda, uno de los fenómenos que el auge de la tecnología ha ido introduciendo en nuestra forma de vida, a nivel global. Lo conocíamos tímidamente desde hacía unos años, pero el terremoto mundial que supuso la pandemia de la Covid-19 lo puso en el centro del tablero social.
Es posible que ya lo vayamos olvidando, pero muchas profesiones y oficios pudieron continuar su actividad (más o menos afectados, pero continuar), gracias al trabajo en remoto. Y no solo en el mundo laboral. Los colegios, las gestiones administrativas, incluso algunos sectores del sistema de Salud, pudieron adecuar sus actividades, al menos temporalmente, a las nuevas circunstancias.
Resultó que muchas herramientas tecnológicas ya estaban creadas, y el trabajo en remoto era una posibilidad real en algunos sectores. Se podía hacer. Y muchas personas, incluso, llegaron a preferirlo.
Tendencia
Brett mueve la cabeza cuando le pregunto si, en un futuro, se ve trabajando de nuevo en una oficina. “Puede ser, claro”, dice. “Pero... No sé, veo a mucha gente que conozco, que pasa una hora para llegar a la oficina, trabajan allí y luego otra hora para volver a la casa, con unos horarios muy fijos... Y lo comparo con la libertad que tengo, y no tengo que comprar ni gasolina, ni casi ropa... Me va a ser muy difícil volver a una oficina. Hace poco fui a Barcelona, y mi jefe me dijo que no había problema trabajar en la casa, así que...”.
Según datos del portal de empleo InfoJobs, entre enero y abril de 2022 se han registrado allí 290.768 vacantes que ofrecían la posibilidad de trabajar en remoto, en mayor o menor medida. Es decir, un incremento del 92% respecto a las 151.450 que hubo en el mismo cuatrimestre de 2021.
Con el tiempo y la vuelta progresiva a la normalidad, muchas empresas han vuelto al trabajo presencial, pero el teletrabajo ya ha llegado para quedarse. Las tendencias ahora apuntan a una coexistencia de ambos modelos, e, incluso, a la búsqueda de fórmulas híbridas entre los trabajadores y las empresas.
Seriedad
Y es que estas últimas, además, se van rindiendo a la necesidad de incluir cierto margen de flexibilidad presencial si quieren atraer talento en algunos puestos con perfiles profesionales que se han acostumbrado a estas modalidades híbridas.
Pero, con la experiencia que ya tienen en ello, ¿qué consejos le daría a las personas que están comenzando a trabajar en esta forma remota? Brett piensa un momento y su rostro se ilumina de pronto: “Sí, hay un consejo que puedo dar: Hay que tener seriedad”, dice. “Que no piensen tampoco que es una cosa fácil porque están en la casa. Es trabajo. Hay que trabajar, no ponerse a mirar la tele mientras tanto, o música... Yo tengo mi sitio en mi casa donde trabajo, y cuando estoy haciéndolo, no hay nada más. Veo amigos que están en la playa, por Facebook o Instagram...”.
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