La Guardia Civil cierra una operación de alto nivel contra el tráfico de seres humanos en el Mar de Alborán. La investigación cuenta 19 detenidos, 17 embarcaciones intervenidas y 90.000 pastillas de éxtasis decomisadas, pero su valor trasciende de la cifras.
La Operación Flixita muestra cómo las mafias de la inmigración clandestina comienzan a establecerse en suelo español y son capaces de organización desde la provincia de Almería la compra de pateras y la captación de los ‘harragas’ para llenarlas en origen.
Esto es, los traficantes están aquí y no allí. Las barcas y los motores los compran aquí y no allí. Y son españoles quienes ofrecen la logística que solo podrían encontrar aquí y no allí.
Las actuaciones son complejas porque mezclan varias líneas de investigación lideradas por los servicios de Información de la Guardia Civil de Almería, en coordinación con otras unidades de la Benemérita. Comenzaron oficialmente en mayo de 2022, según diligencias del Juzgado de Instrucción número Seis de Almería (luego transferidas al Cuatro) a las que ha tenido acceso LA VOZ.
Los agentes tenían indicios de una estructura en Almería para alimentar la ruta argelina. Para ello usaban presuntamente pateristas profesionales, es decir, navegantes a sueldo de la organización y con capacidad para realizar varios viajes encadenados de ida y vuelta al entorno de Orán.
Ida y vuelta
“La red criminal dedicada a favorecer la inmigración irregular mediante rutas rápidas en pateras taxi desde el norte de África hasta la costa almeriense”, exponen fuentes oficiales del Instituto Armado en una nota a los medios. “Este grupo criminal cobraba hasta 5.000 euros a cada migrante por los traslados irregulares en embarcaciones en las que podían viajar entre 10 y 15 personas por trayecto”, precisan. “Los ahora detenidos habían establecido su puerto base en Almería, donde guardaban las embarcaciones y desde donde botaban los viajes para recoger a los migrantes en la costa argelina y traerlos a nuestro país
La clave para entender la dimensión de la ruta (y la importancia de la operación) es el modus operandi. No es una red de captación de migrantes, en barcas precarias y con el único interés de aproximarse a la costa para ser rescatados. En realidad, es un sistema de lanchas rápidas que salen de Almería hacia Argelia (y no al revés), cargan a los pasajeros cerca de Orán y luego los transportan hacia Andalucía.
Este carácter distintivo y novedosa queda reflejado en la aparición de drogas. Contrariamente a las informaciones que aseguran que las pateras vienen con estupefaciente, los hallazgos de hachís en los botes son prácticamente inexistentes. En cambio, en este caso, en la Operación Flixita, los argelinos usaban los viajes de ida para llevar pastillas de éxtasis que comercializar en suelo africano. Justamente al revés.
La Guardia Civil encontró en los registros domiciliarios realizados en la provincia de Almería 90.000 pastillas de éxtasis y 600 gramos de cocaína, además de 48.000 euros en efectivo. “Los investigados aprovechaban los traslados para enviar objetos sustraídos en nuestro país, principalmente teléfonos móviles, y traficar con drogas como cocaína, metanfetamina o anfetamina, desde España hasta Argelia donde este tipo de estupefacientes escasean, consiguiendo un rédito económico mayor”, indica la Dirección General de la Guardia Civil.
Las investigaciones se coordinaron a través del Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería y del fiscal delegado de Extranjería. Participaron el Grupo de Información de la Guardia Civil, la Unidad Central Especial de la Jefatura de Información, el Grupo de Información de Tarragona y Servicio Marítimo de Almería.
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