Tres empresarios almerienses han presentado oferta a la sociedad recreativa del Club de Mar -casi 2.000 socios- para quedarse en régimen de concesión con el restaurante y cinco por la bodega, para uso exclusivo de los socios de la entidad. No obstante, no está todo hecho aún, puesto que el Club, presidido desde hace unos meses por Mariano Sarmiento, ha prorrogado el plazo veinte días más. En principio, la fecha inicial se abrió el 15 de enero y finalizaba el 30 de ese mismo mes. Algunos de los oferentes por el arriendo del restaurante también han presentado por la bodega de uso exclusivo de los socios.
La convocatoria hace alusión al traspaso y explotación en régimen de arrendamiento de los dos locales de negocio, coincidiendo con el fin próximo de la concesión a la familia Sierra que la ha ostentado desde hace 67 años.
Durante las últimas semanas, miembros de la Junta Directiva de la institución están valorando las ofertas económicas y técnicas presentadas para tomar una resolución en breve. No obstante, todo apunta a que el relevo se concretará quizá para el próximo verano. Será un días histórico, por tanto, ya que el Club no conoce otro hostelero que no se apellide Sierra, a través de tres generaciones.
La dirección ha puntualizado, además, que no habrá interrupción del servicio entre los concesionarios tanto a los clientes en general del restaurante como a los socios en particular en la bodega. El restaurante del Club de Mar está ubicado en uno de los rincones más privilegiados con vistas a la bahía a través de sus amplios ventanales y al puerto deportivo.
El Club de Mar como entidad inició su andadura en 1949, como heredera de la antigua sociedad de regatas, que estaba junto a los baños El Recreo de la familia Jover.
Su primer presidente fue Jesús Durban Remón, abogado del Estado, presidente de la Diputación y uno de los fundadores de la antigua Caja Rural de Almería, actual Cajamar. La primitiva entidad obtuvo en precario la cesión de unos restos de edificaciones en Pescadería, frente a la Rambla del Barranco Caballar. Ese inicial Club de Mar se levantó sobre la antigua Caseta de Botes y los restos de la antigua Estación Sanitaria, donde los marineros antiguos, en época de epidemias, tenían que guardar cuarentena. En 1955 se levantó el edificio social diseñado por el arquitecto Antonio Vallejo. Se instaló un trampolín, una pista de tenis, piscina, zona de bailes y restaurante. Hasta ese tiempo, el Club había que tenido que utilizar el Casino para sus entregas de premios y cenas de gala.
A partir de entonces, el restaurante se convirtió en uno de los establecimientos más postineros de Almería, donde las estrellas de cine y las empresas de los rodajes solían realizar sus cócteles de bienvenida. Fueron puntales de la consolidación del Club de Mar, además del presidente Durbán, Cristóbal Gómez, Sebastián Vidal, Ricardo Carmona, José Rodríguez y después otros presidentes como Julio Acosta y Luis Durbán.
Los nuevos tiempos obligaron al Club de Mar a mudarse a la sede actual en Las Almadrabillas, en un edificio diseñado por Antonio Góngora e inaugurado en 1996 con 300 atraques.
‘Pacos sierras’ por partida triple
Habrá pocos casos en España -quizá sea el único- en los que una misma familia ha llevado a cabo la explotación en concesión de un restaurante durante casi 70 años. Lo arrendó por primera vez en 1956 el abuelo, Francisco Sierra López, lo continuó el hijo, Francisco Sierra Sánchez, y en la actualidad, sigue en la brecha el nieto, Francisco Sierra Zapata, que cederá el testigo a un nuevo inquilino, para él seguir llevando el vecino Catamarán. En casi siete décadas han desfilado decenas de camareros, cocineros, pinches, barman, sumillers, maitres, entre ellos, entre muchos, el apodado el Cariñoso, el jefe de cocina José Vicente Pérez, y el decano de los camareros, Eduardo Fernández, con 48 años de labor a sus espaldas.
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