Hoy es el Día Mundial del Agua y hoy comienza también en Nueva York la Conferencia Mundial del Agua, donde el mundo tendrá que sentarse a pensar en el futuro de un elemento que se considera esencial para el futuro del planeta y para el de la humanidad.
Nada fácil en cualquier caso, pese a la insistencia de los informes que avanzan que la demanda de agua actual es inasumible y precisa una atención que no ha tenido en el último medio siglo. La mejor prueba de ello es que la anterior Conferencia de la ONU sobre este tema data ya de hace 46 años.
Regantes
Diferentes organizaciones de todo tipo o las administraciones públicas han aprovechado para lanzar sus mensajes o sus compromisos. Es el caso de la Mesa del Agua de Almería cuyo presidente, José Antonio Fernández, ha ofrecido un recorrido por la situación actual en la provincia.
Señala que una de las consecuencias de un uso intensivo del agua ha propiciado una falta de calidad importante que condiciona los cultivos. Los últimos estudios del IFAPA dejan claro que el agua ideal para el consumo de hortalizas es de un 1CE y que la mayor parte de las zonas agrarias (Adra, Poniente, Bajo Andarax, Comarca de Níjar o Levante-Almanzora) presentan un estado en sus aguas que, según Fernández, está provocando que “nuestra provincia esté perdiendo un 20 por ciento de los kilos que podríamos producir con un agua de mayor calidad”.
El déficit
Es otro de los problemas crónicos del campo almeriense, que se enfrenta además a la necesidad de recuperar sus masas de agua y ello supone tener que aportar agua de otros orígenes distintos a los naturales, con lo que además se conseguiría una mejora de la calidad.
Según los datos que maneja la Mesa el déficit hídrico de la provincia está en torno a los 300 hectómetros cúbicos anuales, una cantidad difícil de obtener mediante aportaciones de trasvases, condicionados por la escasez de lluvias de los últimos años y desde luego por las escasas precipitaciones de este año hidrológico que comenzó el pasado 1 de octubre de 2022.
Retos del pasado
José Antonio Fernández considera que Almería está en una situación “difícil” que se presenta con malos pronósticos y peores antecedentes porque “llegamos a este año con retos pendientes de abordar desde hace décadas que nos ha llevado a una de las situaciones más críticas que ha sufrido la provincia en cuanto al déficit de agua”.
En un repaso por toda la provincia señala el trabajo que se realiza en Berja, en Adra, en el Poniente, en Bajo Andarax o el Levante-Almanzora, donde si bien se han dado pasos para la recuperación de los acuíferos, no siempre han contado con la cooperación de todos los usuarios del agua, en algunos casos reacios a adoptar las medidas que se han ido proponiendo.
Costes del agua
No es sólo el problema de la escasez, sino que añade que ay que avanzar hacia una mejor gobernanza del agua y en cuestiones de impacto en los bolsillos de los agricultores como los costes de la energía, que han más que duplicado el precio final. Da la bienvenida, eso sí, al establecimiento por parte del Gobierno central de un “precio político” al agua desalada, por debajo de los 50 céntimos metro cúbico, asumible por la agricultura intensiva, pero no tanto en cultivos al aire libre que han de competir con los 2 o 3 céntimos que cuesta en el resto de zonas del país.
Ya se habla de urgencia para abordar esta situación y se reabre el debate de si es conveniente seguir incrementando la superficie de cultivo en una zona que, como Almería, presenta un déficit estructural de agua que, para muchos de los actores privados y públicos, debería tenerse en cuenta a la hora de planificar las actividades agrarias.
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