El cargadero de mineral ´El Alquife´, conocido popularmente como Cable Inglés, va a inaugurar este lunes su nuevo paseo peatonal en altura con el que ofrecerá un mirador a la bahía de Almería una vez completadas las obras de su segunda fase de rehabilitación, que se han extendido durante más de tres años y han recibido una inversión de más de 3,1 millones de euros del Gobierno con el fin de hacer accesible este BIC, de tal modo que más de 22.000 personas ya han reservado una visita.
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, van a acudir a la inauguración de la plataforma de acceso de este nuevo atractivo turístico para la ciudad que se levanta sobre la playa de Las Almadrabillas y cuya construcción por parte de la compañía The Alquife Mines and Railway Company Limited se completó hace 119 años con el fin de facilitar la carga marítima del hierro que se extraía las minas de Alquife (Granada).
La obra fue recepcionada el pasado 30 de marzo por la Autoridad Portuaria de Almería de cara a abrir el monumento, para lo que se han establecido cinco pases gratuitos diarios con reserva previa para visitas de 50 minutos a través de su web (www.apalmeria.com) de cara a mantener el límite de aforo, establecido en 250 personas conforme a su plan de seguridad.
La actuación desarrollada bajo la dirección del arquitecto Ramón de Torres han tenido como objetivo la conservación, protección y puesta en valor de la plataforma de acceso, destinándola a un paseo elevado de casi medio kilómetro cuyo recorrido se inicia en el Parque de la Estación y que conduce a los usuarios hasta una vista a 18 metros de altura sobre el nivel del mar frente a la bocana del puerto.
La revalorización del Cable Inglés ha conllevado la sustitución de los antiguos raíles por una gran alfombra de más de 3.500 metros cuadrados de madera de iroko procedente en su mayor parte de Camerún, seleccionada por su durabilidad y resistencia frente a la humedad y otros factores. Asimismo, se han afianzado los cimientos, se han incorporado elementos de protección y se ha dotado la infraestructura de nueva iluminación.
Entre las actuaciones más relevantes se encuentra la restauración de la estructura metálica de la plataforma de acceso mediante su refuerzo, limpieza y tratamiento de protección; el tratamiento de conservación de la fábrica de piedra mediante su preconsolidación, limpieza, reintegración de juntas y huecos, consolidación y protección; y el mantenimiento de los bienes muebles existentes, constituidos por los raíles de ferrocarril "como expresión de la actividad industrial que justifica la declaración del Bien de Interés Cultural".
Tres fases de obras
Fue en el año 2009 cuando Ramón de Torres redactó el proyecto de ejecución para su restauración y puesta en valor como resultado de un concurso público convocado por la Junta de Andalucía, que para abordar la intervención dividió el proyecto global en distintas fases de obra.
Con este criterio, se ejecutó en el periodo 2010-2012 la primera fase consistente en el tratamiento de conservación del muelle de carga. En el año 2018 la Autoridad Portuaria de Almería promovió la actualización de la segunda fase, con la que ya se permite un uso recreativo de la infraestructura.
Tras la culminación de esta segunda fase, el proyecto contempla una tercera para dar nuevos usos en el muelle de carga. El proyecto original proponía dotar a la ciudad de una nueva sala de exposiciones permanente llamada ´Ciudad Historia-Cargaderos de Mineral´ en el "corazón" de la estructura, concretamente, en la planta de cintas transportadoras longitudinales bajo las tolvas, a través de un espacio acristalado.
Para ello, el documento preveía la restauración de todos los elementos del sistema de descarga y la puesta en funcionamiento de una cinta longitudinal, situada directamente con la sala de exposición permanente, y de la cinta transversal, situada en el eje transversal central del cargadero. También cuenta con la exposición de algunos de los objetos recuperados durante esta segunda fase.
Tras la revisión del mismo, las autoridades han trasladado la posibilidad de incluir en el interior del Cable Inglés un espacio de restauración con acceso a través de ascensores panorámicos desde el exterior del mismo, con el que completar el centro de interpretación inicialmente previsto.
Casi 4.000 toneladas de acero
El proyecto redactado en su origen por el ingeniero escocés John Ernest Harrison con la finalidad de abandonar rudimentarios sistemas de carga del mineral y aliviar sobrecostes en su exportación marítima por el puerto de Almería empleó más de 4.000 toneladas de acero fundido procedentes de Escocia para su construcción así como 8.000 metros cuadrados de madera.
La infraestructura, inaugurada el 27 de abril de 1904 por el rey Alfonso XIII, incorporaba como gran novedad unos grandes depósitos o tolvas laterales, con los que ganaba una doble utilidad como almacén-contenedor y muelle de descarga.
El embarcadero disponía de dos tramos con una longitud de unos 900 metros. El primero, de acceso, trascurría desde la estación de ferrocarril hasta la playa; y, el segundo, se correspondía propiamente con el cargadero de minerales volando casi a 19 metros sobre el mar.
Sobre el tablero se alineaban las vías por las que los vagones llegaban hasta los depósitos; vertían la carga por gravedad. Desde el embarcadero se podía cargar un barco de 8.000 toneladas en un tiempo estimado de entre 8 y 10 horas. La actividad en este muelle cesó en 1970.
El Cable Inglés constituye un paradigma de la arquitectura industrial española en su categoría de inmueble-máquina y en 1998 la Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, por su valor técnico e histórico.
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