El edificio de aparcamiento que se coronó hace una década sobre los cimientos de la histórica Bodega El Patio, en la calle Real, ha salido a la venta tras varios años sin actividad. A pesar de la escasez de plazas de párking en esa zona del centro de la ciudad, la empresa propietaria no ha sido capaz de mantener este negocio en explotación y, tras acumular deudas, ha pasado a manos del Banco Santander que lo comercializa a través de su inmobiliaria Altamira Inmuebles.
Se trata de un edificio de 143 aparcamientos en cuatro plantas, dos de ellas sótanos, en una planta, según el catastro, de 630 metros y una superficie construida de 3.770 metros.
Las obras finalizaron por parte de la empresa constructora Jarquil en 2012 para el promotor Manuel Benítez Ruano, de Promo Urbanitec. Antes, hubo que solventar la demolición de la vieja bodega, la excavación de los sótanos que alcanzó el nivel freático provocando inundación de agua de mar.
Durante los años que operó este parking se descongestionó el tráfico de la zona, a pesar de que más arriba, en las cuatro calles hay otra zona de aparcamientos. También opera en la calle Real un aparcamiento de Telpark, la empresa que gestiona los parquímetros en la ciudad, que también tiene en arriendo el parking de Oliveros.
Lindando con el parking ahora a la venta se encuentra una casita en ruinas también a la venta desde hace años que comercializa Advant-40. En el otro hay un edificio de cuatro viviendas que se construyó sobre un viejo palacete del que no se conservó ni su fachada ni escalera de mármol donde residió el representante farmacéutico, José María Molina. Y más arriba aún un promotor local, construye un edificio de viviendas turísticas y locales comerciales lindando con el arco que da acceso a la calle Braulio Moreno, cerrada al paso desde hace meses.
Otra de las obras en marcha, que van a contribuir a aliviar la falta de aparcamientos de la zona, es el edificio que promueve el Ayuntamiento, donde también se instalarán trasteros, en la calle Arráez.
Las obras del armazón del edificio están muy avanzadas para que puedan tomar posesión de ellas los vecinos agraciados mediante una concesión administrativa otorgada por parte de Urbanismo.
Una bodega con solera sobre una antigua cárcel
La Bodega El Patio, junto a la antigua Posada del Mar, cerró sus puertas en 2007 y unos meses más tarde las máquinas empezaron a derribar sus históricas paredes que, aún datando del siglo XVIII, no estaban protegidas en el Catálogo de Patrimonio Histórico Municipal. Desde los años 20, la bodega estuvo regentada por Ramón Nache Guzmán, a quien sucedió su hijo Ramón Nache Valverde, hasta llegar a José Nache Martínez, que, tras una temporada con un local en el Parque, volvió hace unos años a la calle Real, un poco más abajo de su lugar original que fue antes cárcel de la ciudad, de la que tomó el nombre la calle Real de la cárcel.
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