Cientos de toneladas de residuos perjudiciales para el medio ambiente acaban diariamente en los océanos que cubren gran parte de la superficie de la Tierra, un planeta en el que cada vez son más evidentes los terribles efectos de la contaminación que lleva la clara firma del ser humano. La destrucción de la flora del ecosistema marino y las muertes prematuras de numerosas especies de su fauna, muchas de ellas en peligro de extinción, son las dos consecuencias más graves, pero no las únicas, de décadas de vertidos incontrolados. Desagües urbanos, torrenciales que arrastran todo lo que encuentran a su paso en ramblas llenas de porquería o directamente la propia estupidez humana, convierten nuestros fondos marinos en auténticos vertederos que suelen pasar desapercibidos al estar sumergidos.
"La gente se mata por pillar una mesa frente al mar en un bar y presumir de ubicación en sus redes sociales, pero luego ni respetan ni se implican en el cuidado de este entorno maravilloso que tenemos". Así de claro habla Damián Reyes Martín para despertar conciencias. Y es que este joven de 23 años de edad se enfunda cada mañana el neopreno con el que practica bodyboard, coge gafas, aletas y tubo y baja a la Playa de El Zapillo para 'pescar' la basura que se acumula en el fondo del agua, topándose con situaciones alarmantes en algunas zonas de la costa de la ciudad.
Plásticos de todo tipo, toallitas, botellas de vidrio y latas es lo que más suele encontrar cuando bucea este virgitano que en 2018, tras llevar un año viviendo en Almería, inició un idílico romance con el mar gracias al surf, deporte que le apasiona y le une a un hábitat marino cada vez más castigado por la inconsciencia humana. Damián, alarmado por el lamentable estado en el que veía algunos fondos marinos de un litoral almeriense que conoce como la palma de su mano por su afición a la tabla, decidió que había llegado el momento de actuar para ver menos basura en un mar que empezó a limpiar tras la pandemia.
Puntos críticos de la capital
"Las salidas de desagües, zonas como el mirador de calle Sorrento, La Térmica, la parte nueva zona del Paseo Marítimo en el Delta del Andarax y los alrededores del Puerto de Almería, destacando La Ballena y Cable Inglés, es donde encuentras una gran cantidad de residuos y contaminación", afirma el proactivo surfero que aprovecha el mar en calma de primera hora de la mañana para entrar al agua y recoger en 90 minutos una media de 5 kilogramos de diversos residuos. "Puede parecer poca cantidad, pero para dos manos es muchísimo", asegura el joven, que también lleva una navaja por seguridad, por si se queda enganchado en alguna cuerda y también para liberar a la fauna marina que queda atrapada en latas, tejidos o trozos de plástico.
Cuando acaba su batida, Damián sale a la orilla y se acerca al lugar de la playa en el que haya más gente. Sin mediar palabra con nadie abre su bolsa llena de basura y arroja todo lo que hay en su interior sobre la arena, a veces incluso con enfado. ¿Por qué lo hace? Claramente para despertar conciencias, para que la sociedad conozca la realidad, que todo el mundo sepa que el mar no es solamente una capa de tonos azules que sirve para conseguir 'me gustas' en Instagram, que en su interior hay vida que languidece a pasos agigantados por nuestra culpa y hay que empezar a salvarla.
"Saco la basura y la dejo en la orilla un rato para que la gente vea lo que acaba en el fondo del mar, para que se asuste y despierten de una vez, pero generalmente lo único que consigo es que la mayoría de las personas aparten la mirada, como si no fuese con ellos la cosa, o que me miren como si yo estuviese loco. Desgraciadamente es así", admite el virgitano que, pese a terminar exhausto tras duras jornadas de trabajo en un conocido restaurante del Paseo Marítimo Carmen de Burgos, no ha faltado este verano ni un día a su cita con el mar, sobre el que se mece en su tabla cuando el oleaje es idóneo y al que limpia y protege, 'pescando' basura que posteriormente desglosa para reciclarla y depositarla en su respectivo contenedor.
El comprometido surfero desciende en apnea hasta los quince metros de profundidad para que los fondos marinos almerienses luzcan como deben: libres de plásticos y otros residuos contaminantes. A veces se ha arriesgado a sufrir hipotermia, se ha hecho cortes, le han picado medusas y sabe muy bien lo que duele que te muerda una morena, pero ahí sigue, buceando por una buena y necesaria causa. Esta labor, aunque normalmente la desarrolla en El Zapillo, barrio en el que reside, también la ha llevado a cabo en otras zonas del litoral de la provincia como El Cañarete, Guardias Viejas, Retamar, Mojácar y otras muchas ubicaciones de la costa de Almería.
"Una vez encontré un tubo grandísimo de PVC de unos ocho metros y tuve que llamar a un amigo para que ayudase a sacarlo. También he visto hasta sombrillas enteras y abiertas clavadas en el fondo, de alguna persona a la que se le volaría y no fue capaz ni de entrar al agua a por ella. Pero lo más preocupante fue delante de la Universidad, en La Cañada, que había bajo el mar algunas garrafas con restos de productos químicos que se usan en la agricultura y son muy dañinos para este ecosistema", detalla.
Llamamiento a la ciudadanía
'Proyecto Poseidón' es como Damián (@_el.erizo) llama a esta iniciativa para la que pide más manos. "Hay que concienciar a la ciudadanía sobre el respeto al mar, que no hay que tirar la basura. En Almería desgraciadamente, se escucha mucho eso de que luego lo barren o que luego pasan las máquinas y la gente no se preocupa en coger la basura que ve, pero no hay que dar lugar a eso porque al final tenemos una arena en la playa con un montón de porquería debajo", recalca.
La prevención es un arma efectiva y por eso Damián considera que la educación y la concienciación es fundamental para que se dejen de ver fondos marinos y otros entornos naturales llenos de residuos contaminantes. Hace hincapié en que la fauna marina ya se ha adaptado incluso a vivir rodeada de plásticos, llegando a ver a cangrejos taparse con tapones de botella y no con conchas, pero lo que más le preocupa, sin duda, es que el ciudadano almeriense o el turista que llega a disfrutar de los meses estivales, cada vez se acostumbre más a ver basura en lugares donde no debería estar y no muevan un dedo por evitarlo.
Damián seguirá adelante, con su idea clara de proteger y limpiar nuestro mar, con sus manos 'cazando' plásticos y sus palabras zarandeando conciencias y abriendo los ojos a una sociedad ciega, apalancada en el falso confort de un postureo digital que la mantiene lejos de una realidad preocupante como es la pérdida de la vida y la belleza de nuestros fondos marinos.
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