“El ambiente se ha enrarecido entre los judíos y otros grupos religiosos”

‘Tikún Olam’ es una frase que en hebreo significa “reparar el mundo”. En términos generales puede ser entendida como una filosofía de vida para aquellos seres humanos que desean dejar una pequeña contribución, a través del servicio social y el interés por la humanidad. Esta expresión utilizada en la Mishná (primera gran colección de traducciones orales judías), indica que tales prácticas deben de ser guiadas, no por que se refleje en la Ley Bíblica, sino porque ayuda a evitar consecuencias sociales negativas.

Este sello distintivo del judaísmo reformista, da nombre a la primera comunidad judía contemporánea de Almería, la ‘Jabrutá “Tikún Olam”’ de la que el canario con raíces hebreas -que no quiso ceder su imagen en respeto a las víctimas del conflicto y a su comunidad- Luis Díaz es presidente.

Este colectivo confesional, que naciera en el año 2022 se declara en sus estatutos como progresista, inclusivo, igualitario, participativo y plural, con un espíritu tolerante con todas las personas, judías o no judías. Así como defensor de un judaísmo activo y comprometido con su entorno, estando a disposición de la sociedad para todo aquello en lo que pueda ser útil.

Una comunidad cuya razón de ser confesional es la recuperación y preservación de las actividades del culto religioso sefardí (hispano-judío) para ponerlas al servicio del pueblo judío internacional. Igualmente, según expone el artículo 1 de sus estatutos, se sitúa dentro del sionismo y de la defensa de la existencia legítima del Estado de Israel como hogar de todo el pueblo judío.

Cómo se organiza la primera comunidad judía contemporánea almeriense

Al preguntar por el origen de la comunidad a Luís Díaz, el presidente de la ‘Jabrutá “Tikún Olam’”, éste explicaría que son una comunidad muy joven, con un año de vida, y que está compuesta por personas de diferentes nacionalidades residentes en la provincia de Almería. Una comunidad que al calor del hogar se reúne para celebrar las festividades judías y el ‘Kabbalat Shabbat’ (víspera del día de descanso judío).

Luis Díaz realiza su vida cotidiana tocando su cabeza con una ‘kipá’. En una sociedad como la almeriense, en la que no es habitual ni lucir esta prenda, ni profesar la Ley de Moisés, cabría preguntarse por los posibles desafíos que ello podría conllevar. “Almería es una tierra tolerante. Allá donde he ido, siempre he encontrado interés por conocernos.” Comenta Díaz. Asimismo, el presidente de ‘Jabrutá “Tikún Olam”’ manifestaba que tanto él como el resto de integrantes que conforman la comunidad no han sufrido episodios de antisemitismo en la provincia. Si acaso si experimentado comentarios basados en los tópicos prejuiciosos, o discriminación positiva, “algo que también es negativo”. Para Díaz, la persona que “odia. Odia. Pero esto lo sufren por igual otros colectivos como musulmanes, si hablamos de religión, paquistaníes o el pueblo gitano”.

Vivir el conflicto en la Diáspora

Según explica Luis Díaz, las relaciones con otras comunidades religiosas de Almería han sido buenas desde que se constituyera ‘Jabrutá “Tikún Olam”’. Sin embargo a día de hoy, el “ambiente se ha enrarecido, y todas las acciones  sociales que pudiéramos tener en común se han enfriado”.

Como otros correligionarios de Díaz, aunque esta comunidad viva en la Diáspora, tienen allegados y familiares en Israel. Población civil que está envuelta en un conflicto cruento, a la que siguen pegados a los medios de comunicación o por ‘Whatsapp’. Luis Díaz manifiesta que esta situación “se vive con terrible angustia". "Una angustia que a través del dolor y el miedo saca lo peor del alma humana, “obligándote a decir cosas que no se desean. Lo importante es tener la cabeza fría”. “Hay que volver a un discurso sosegado. Nosotros como una comunidad judía en Diáspora tenemos el deber de contribuir a ayudar a la liberación de los secuestrados y conseguir que este conflicto dure lo menos posible”, matiza Díaz.

Como responsable de la comunidad religiosa, Luis Díaz es contundente en sus términos, “queremos que acabe el conflicto, que los daños civiles sean los menos posibles y crear un espacio real de dialogo”. Pero este espacio de diálogo no puede ser real, según Díaz, a no ser que se cambie el relato. “Israel ha sido víctima de un ataque perpetrado por grupos terroristas y no podemos reducir todo el conflicto a dos semanas, ya que Israel recibe este tipo de ataques a diario”, explica.

Los canales de diálogo se abrirán "cuando las cosas vuelven a su cauce"

Para el presidente de ‘Jabrutá “Tikún Olam”’ la responsabilidad de ese relato también recae sobre los canales de información. “Estamos poniendo vidas en riesgo con la información que se rebota y no se verifica”.

Parece que la prudencia es camino que está guiando a la comunidad judía almeriense en estos momentos. “Somos conscientes de la gravedad de la situación y en estos momentos lo más importante es la seguridad de las personas”. Al preguntar a Díaz sobre cuando se abrirán los canales de diálogo en Almería, el dirigente hebreo responde apesadumbrado que “en estos momentos, lamentablemente no habla el sentido común, sino el miedo y la rabia” está seguro que todas las relaciones interconfesionales se abrirán cuando “las cosas vuelvan a su cauce”. “Prudencia y respeto por las víctimas”, recalca.

Luis Díaz concluía la entrevista señalando que “la guerra es el fracaso de la especia humana a nivel global y si se quiere establecer una situación que funcione”, “habría que sentarse y decirnos las cosas que no funcionan y utilizar otros axiomas que no sean falsos”.