El bar-pub frente a la iglesia del Corazón de Jesús

En los años setenta se llamó Rodeo y una década despues Jockey

l Jockey en los años ochenta, antes de convertirse en el primer Top-lees de la capital.
l Jockey en los años ochenta, antes de convertirse en el primer Top-lees de la capital.
Eduardo de Vicente
20:41 • 16 nov. 2023

A mediados de los años setenta apareció frente a la iglesia del Corazón de Jesús un establecimiento pintoresco que con el nombre de ‘Rodeo’ parecía imitar a esos bares de vaqueros crepusculares que veíamos en las películas americanas de aquella década. En la vidriera del escaparate principal aparecía la figura de una rueda de carro que acentuaba su aire americano. Aquel negocio de vocación cervecera tuvo una vida corta, ya que a comienzos de los ochenta fue traspasado y renació con el nombre de ‘Jockey’, de la mano del empresario almeriense Ángel Saldaña, muy conocido en la hostelería por su experiencias en las mejores discotecas de la costa.



El ‘Jockey’ fue un establecimiento que se iba transformando según la hora del día: por las mañanas quiso ser una cafetería de desayunos, a partir de las doce cambiaba su dinámica para convertirse en un bar de tapas y raciones y a la caída de la tarde, en medio de una atmósfera cargada de humo, la presencia de la música de moda sonando continuamente y de sus cómodos asientos le daban ese aire juvenil que tuvieron los primeros pubes que surgieron en Almería en aquella época. 



El ‘Jockey’ ocupaba una esquina estratégica dentro del panorama hostelero de la ciudad. Estaba al lado de las Cuatro Calles, que en aquel tiempo era el lugar de moda de los adolescentes, y tenía fachadas a las calles de San Pedro y Antonio González Egea. Su puerta se fue convirtiendo en un punto de referencia, en un lugar de cita de las pandillas, como lo fue una década antes el Parrilla Pasaje o el bar Las Vegas. Los muchachos y las muchachas de los primeros años ochenta quedaban en el ‘Jockey’ y allí se podían pasar las tardes enteras en un tiempo en el que la madrugada era un territorio sólo para las discotecas y los mayores de edad, y los pubes apenas traspasaban la frontera de las doce de la noche. Al ‘Jockey’ iban, sobre todo, adolescentes que con la complicidad de la música, aprovechaban las características del reciento para ligar y estirar el poco dinero que llevaban en los bolsillos con un par de jarras de cerveza. 



Allí se podían escuchar las canciones de moda y se podía hablar a la vez porque aún no se había establecido la costumbre de subir el volumen para que la gente se dedicara sólo a beber y hablara lo justo. Fue el bar y el primer pub de muchos jóvenes de los ochenta, antes de que la competencia obligara a su dueño a cambiar el ambiente del negocio. En 1990, cuando ya había establecimientos parecidos en todas las esquinas del centro, Ángel Saldaña decidió darle un toque nocturno y golfo al lugar, creando el primer Top-Lees que hubo en el barrio.







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