Los almerienses tendrán que estar un mes sin gambas y sin cigalas locales

Por el paro biológico de la flota de arrastre en los cinco puertos de la provincia

Caja de quisquilla capturada hace unos días por el Cañadas Soriano de Motril en el Mar de Alborán.
Caja de quisquilla capturada hace unos días por el Cañadas Soriano de Motril en el Mar de Alborán.
Manuel León
00:00 • 01 feb. 2024

Hoy día 1 de febrero comienza el paro biológico en los cinco puertos de Almería para la flota de arrastre que pesca a la gamba roja y otros marisco y que está compuesta por medio centenar de embarcaciones. Los marineros volverán a los caladeros con sus redes a partir del 1 de marzo. Por tanto, todo el marisco que se consuma durante este mes en Almería tendrá que ser traído de fuera de la provincia. A la traíña le tocará, por su parte, el periodo de veda durante el mes de marzo, con especies como el boquerón, el jurel o la caballa.



Durante este mes de febrero los caladeros de la provincia descansarán y las subastas de pescado en la lonja capitalina se llevarán a cabo a partir de las seis de la mañana para los barcos de cerco y a partir de las siete para la flota de los pequeños barcos del trasmallo. 



A pesar de los recortes leoninos impuestos por Bruselas, la flota de la provincia ha cerrado el ejercicio 2023 con un incremento en volumen de capturas y en ingresos con respecto al año anterior. La facturación conjunta en las cinco lonjas pesqueras almerienses se ha cerrado con una cifra de 24,5 millones de euros, frente a los 23,9 del pasado año. El volumen de pesca desembarcada ascendió en 2023 a 6.625 de toneladas frente a las 6.145 registradas en 2022. El precio medio comercializado ha bajado, sin embargo, de 3,8 a 3,7 euros por kilo.



El ránking de ingresos lo encabeza la lonja capitalina con la mayor flota de los puertos de provincia con una cifra de 10,3 millones de euros; Carboneras (4,1 millones de euros); Roquetas (3,8) Adra (3,7 millones); y Garrucha (2,3). Todas las subastas suben excepto la de Adra que pierde cerca de 200.000 euros en facturación y es adelantada por primera vez por la lonja de Roquetas, volcada especialmente al palangre, frente a la traíña abderitana. También es curioso el caos de la lonja de Garrucha, que cuenta con la especie más cotizada, el gambón rojo, de todos los puertos pesqueros andaluces con un precio medio de 40 euros el kilo y un botín de 42.776 kilos faenados a lo largo de 2023. El problema para la flota arrastrera garruchera es que cada vez hay menos   barcos saliendo a la mar, pasando en unas décadas de más de veintena a poco más de media docena que sobreviven en la actualidad.



La gamba roja de Garrucha, por tanto, es el producto estrella más cotizado en los puertos de las cinco provincias marineras andaluzas (Almería, Cádiz, Granada, Huelva y Málaga). Ninguna otra variedad supera la cifra de 33.654 euros por tonelada que alcanza en cotización media el cefalópodo rojo garruchera. Las que más se le acercan es la gamba de Rota (29.607 euros) y la de Chipiona (27.385 euros).



Almería capital, no obstante, es el primer puerto andaluz en volumen de capturas de gamba roja. La lonja pesquera de la capital almeriense facturó en el ejercicio de 2022 cerca de dos millones de euros por las ventas de gamba roja o rayao. En total pasaron por la cinta 56.665 kilos con un precio medio de 34 euros el kilo.



La actividad marinera en la provincia lleva años amenazada por los dictámenes que se emiten desde Bruselas. La provincia mantiene aún un discreto volumen de capturas y un notable número de empleos directos e indirectos. A ellos habría que sumar los beneficios de las capturas de pescado y de marisco fresco como reclamo para el sector de la hostelería, que no sería la misma si en la carta no pudieran incluir especies fresca de la bahía, desde Garrucha hasta Adra. 



El mayor peso de los ingresos lo sustenta la actividad de arrastre, que se realiza a través de embarcaciones de bajura con limitación de horarios, tamaño de mallas y paros biológicos. 


Sin embargo, los distintos comisarios europeos de Pesca, casi todos de origen nórdico, quieren más; quieren recortar horarios hasta un límite que sería ruinoso el hecho de poder mantener un barco.



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