Fin de restauración de la Muralla de San Cristóbal: adarve y torres para visitar

Desde uno de los puntos más altos de la ciudad, vigilando la costa, la ciudad y la montaña está la Muralla de San Cristóbal. La misma que defendió la Almería medieval en tiempos de Jayrán, la ciudad castellana, la que fuera refugio en la Guerra Civil y la que se salvó de la demolición cuando Isabel II decidió que ya no éramos una plaza de armas por su ubicación, inicia ahora una nueva etapa de su vida: ser un elemento patrimonial y turístico.

La Junta de Andalucía ha concluido después de 13 meses de obras, la rehabilitación tanto de este lienzo de muralla como con un primer acercamiento arqueológico y consolidación de los restos de la al-Mudayna. Esta intervención ha supuesto una inversión de 1.007.636,93 euros financiada en su totalidad con fondos MRR. Explicaba la delegada de Gobierno de la Junta de Andalucía, Aránzazu Martín,  la importancia de la actuación que con esta intervención “damos un gran paso hacia la conservación” de todo lo que conforma el Conjunto Monumental de la Alcazaba y destaca que “estamos recuperando no sólo piedras y estructuras, sino que estamos rescatando la memoria, la tradición y la historia poniendo todo al servicio no sólo de todos los almerienses sino todos los que nos quieran visitar”.

Esta actuación que permitirá a todo el que lo desee el poder recorrer el adarve de la muralla y acceder a sus torres una vez que acaben las obras en los accesos al Cerro de San Cristóbal se podrá visitar durante dos horas por las mañanas todavía por determinar de martes a domingo a lo que se suman dos horas de tarde los viernes y sábados, tal y como explicaba el delegado de Cultura, José Ángel Vélez.

Trabajos
Los trabajos de rehabilitación que se han ejecutado en la muralla los ha ejecutado la empresa Rehabitec bajo dirección facultativa la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas y del seguimiento arqueológico la empresa Arqueovalia Patrimonio y Gestión Cultural S.L.

Exactamente los trabajos lo que han permitido es actuar en la cara norte de la muralla, en las torres y en el adarve. Explica Jesús de Haro, CEO de Arqueovalia, que en la zona sur no se ha actuado “porque Prieto Moreno entre los años 50 y 60 realizó actuaciones para proteger el mortero con hormigón”, de aquella actuación se pueden contemplar la reutilización de bolaños en el lienzo.

La primera de las actuaciones se contempla en la entrada a este espacio en la que se ha mejorado la escalera de subida colocando barandilla y se ha cerrado un espacio para mantenimiento. A partir de ahí, se ha actuado en casi todas las torres, las que son circulares, en las que ha hecho un pequeño recrecido de unos 30 centímetros de la corona de las terrazas para su conservación pero siempre respetando los mechinales que están presentes en el muro. 

En todas las terrazas, al igual que en el adarve, se han colocado barandillas de seguridad.

En la torre tres se ha construido una escalera de madera para poder acceder a la terraza, al igual que en la torre cinco, ubicada a un nivel más alto ya que desde ella se controlaba tanto la ciudad como la bahía y la al-Mudayna, se han tenido que rehacer los dos últimos peldaños perdidos en estos años.

Además, a lo largo de todo el adarve se han ido cubriendo las diferentes fisuras con un mortero de un color diferente para que se pueda distinguir la intervención, pero lo más importante es el intento por poner en valor un espacio respetando todos y cada uno de las actuaciones que se han ido acumulando con el paso de los años. Allí se puede ver desde la mampostería musulmana a los hormigones de Prieto.

Explicaba el arquitecto de la Escuela de Estudios Árabes del CSIC, Antonio Orihuela, que se había realizado un trabajo de intervención con el mínimo posible.