Bar Bola Azul, dame media

En la Carretera de Ronda con vistas a la que fuera Residencia Virgen del Mar en tiempos de Franco, se encuentra el Bar Bola Azul, que lleva toda la vida reparando los cuerpos tras pasar por la analítica de la que pocos se escapan. En ayunas entran a ful (como los argentinos) unos clientes que buscan en los churros y el chocolate la vitamina que repare el temido ‘jeringazo’. Basta entrar y pedir café, chocolate, una infusión y "dame media", como dice Andrés

No pregunten por Andrés Guirado que no lo conocen. Busquen al ‘Conejo’ y él dirá a cocina. “dame mediaaa”, de churros de artesanía, que hacía su señora antes y ahora su hijo. Él ya está jubilado pero pasa todos los días por el negocio a echar un ojo y preparar ‘las palomicas’ como le enseñaron en su Zamarula natal.

Es un ambiente familiar el que se respira en el templo de los churros y no te puedes resistir a un chocolate caliente y a unos churros que quitan el ‘sentío’. Si no lo han probado pasen. No hace falta una analítica para ir al Bar Bola Azul.

Lo de ‘Conejo’... 

Mi padre mataba todos los días entre 8 y 10 conejos para el Bar Los Ángeles y mi madre los hacía al ajillo y era la tapa estrella.

Pensaba que era apodo que venía de Huércal. 

Nosotros llegamos a Almería en 1962 toda la familia Guirado Fernández y por las tapas de conejo nos bautizaron en el barrio. Mis padres, Eduardo y Amelia, no tienen culpa.

Y del conejo a los churros. 

Esa es otra historia que es mi vida ya que el Bar Bola Azul se abre en 1971 con la Residencia a pleno rendimiento. Yo llegué a los pocos meses a trabajar y allí conocía a mi mujer.

¿No sería la churrera? 

La misma, Ángeles. Hija de Paco y María que fueron los que empezaron con los churros y hasta el día de hoy todo sigue igual.

Y se queda de jefe. 

Que vaaa, tuve que dar muchas vueltas antes de hacerme con el bar ya que en 1975 me voy a la Mili en Córdoba y de allí a la Academia de la Guardia Civil, apruebo y me mandan a Playa de Aro en Girona. Nos fuimos con una hija y allí nació otra.

¿Cuántos hijos tiene? 

Tres. Mari Ángeles, Aranzazu y Andrés. Dos almerienses y una catalana de nacimiento. Fueron cuatro años fuera de casa y nos decidimos a volver a Almería.

Y pide la excedencia. 

En el año 1979 cuando el bar daba desayunos, comidas y cenas. Era un no parar y nos implicamos en ello y hasta la fecha. Cambiamos muchas cosas pero siempre los churros estaban presentes en nuestros desayunos ya que la gente venía al bar porque a mi mujer le salen de maravilla y a mi hijo también: lo tengo claro.

¿Cómo era el Bar Bola Azul en el año 1979? 

La Residencia (como le llamamos los almerienses) estaba a pleno rendimiento y el bar no paraba con clientes que venían a desayunar, almorzar y a cenar. Fueron años de mucho sacrificio.

Torrecárdenas hizo pupa. 

El boom de las comidas se iba acabando y mutamos a lo que ahora es el bar. Ya no se ganaba tanto y tuvimos que empezar de nuevo.

¿Qué aportó al negocio el yerno de los fundadores? 

Mucho trabajo. Mi mujer y yo nos dejamos la vida para mantener un negocio que iba bien y sacamos adelante a nuestra familia. No fue fácil con la apertura del nuevo hospital pero al no cerrar del todo la Bola Azul nos quedó la analítica y los churros por bandera.

¿Cuándo le llega la jubilación a Andrés Guirado? 

En enero de 2019 después de cotizar 48 años y medio.

¿Hay tercera generación?

Y muy buena, ya que mi hijo ha tomado el testigo con su hermana Mari Ángeles y su tía Amelia. Yo me doy una vuelta todos los días para saludar a los amigos.

¿Hay churros el domingo? 

Es el día más fuerte de la semana porque la gente se ha acostumbrado a los churros y a nuestras tostadas que esas fui yo quien las fue introduciendo en el bar.

Pero hasta mediodía. 

Claro, ya el ritmo me lo marcan los clientes y la vida del hospital con las analíticas que son nuestra fuente de clientes cada día.

El dame mediaaa. 

Eso es marca de la casa los churros hay que saber pedirlos bien. Saben mejor.

Y del Real Madrid... 

Lo primero del Almería pero puestos a elegir uno tiene su corazón merengue.