Las ‘niñas de Sephora’: por qué no dejar a tu hija echarse crema o maquillarse

Cada vez es más frecuente ver niñas de entre 8 y 12 años en busca de un sérum facial, un contorno de ojos e incluso un iluminador para aplicarlo sobre una de las mejores bases de maquillaje del mercado. Y aunque no todas lo hagan para mostrar luego su 'skin care' (rutina de cuidado facial) en las redes sociales, muchas de estas niñas harán uso de estos productos para imitar a sus referentes. 

Este fenómeno, que empezó como una moda en Estados Unidos tomando el nombre de 'Sephora Kids' (Niñas del Sephora, en castellano), se ha extendido de forma amplia hacia otros países y ha hecho sonar las alarmas de los especialistas en el cuidado de la piel dado que, recurrir de forma exagerada a la dermocosmética puede causar en ocasiones daño en las pieles que no están preparadas para la aplicación de este tipo de productos. 

"¿Quién no ha jugado alguna vez a ser mayor? Los humanos somos seres de imitación, y casi todas las niñas a esa edad nos hemos querido pintar los labios, ponernos un poquito de sombra de ojos y enfundarnos los zapatos de nuestra madre. Entonces, si una niña pequeña se pone un poquito de retinol o vitamina C, a su salud, a nivel de piel probablemente no le pase nada. Pero, si eso se convierte en una rutina, si que podría causar daños como irritaciones solo por el hecho de que la piel de una niña de ocho años no lo necesita", explica la farmacéutica almeriense, Ana Dora Bonillo.

Entonces, de esta situación se deducen dos problemas: el primero, a nivel de piel, que a priori no lo sería si estas aplicaciones de moléculas potentes, como lo es el retinol o cualquier otro producto cosmético, son ocasionales y forman parte de un juego, pero si que se convertiría en una complicación si se toma como una rutina prolongada en el tiempo, ya que podría derivar en irritaciones dérmicas. "Todo ello se debe a que la piel tiene una barrera cutánea, una protección natural que todos tenemos. En las pieles tan jóvenes esa barrera no ha madurado del todo, con lo cual, una piel de ocho años no está preparada para recibir una molécula como el retinol (una molécula ácida que estimula la renovación de nuestra piel con acción exfoliante y antiarrugas). Por lo que, primero, le puede hacer más daño que una piel madura, y segundo, no la necesita.", afirma la farmacéutica.

De la misma opinión es el dermatólogo ya retirado, Ramón Fernández Miranda. "Todos los cosméticos se testean para pieles estándares adultas, ya sean secas, sensibles, mixtas o normales. Si a una piel inmadura se le aplica un producto de forma inadecuada, esto le podría producir brotes de acné, irritaciones y a largo plazo, hasta alergias", dice el experimentado dermatólogo.

Debate

Asimismo, el otro problema que se deduce es a nivel social y educacional. "Hay que saber donde se ponen los límites. Si bien, todo queda en un juego y no pasa nada, hay que procurar no alentar a las más pequeñas a desarrollar estas actitudes por varias razones. Primero, porque no hay productos destinados a 'Pieles de 8 años', porque las menores no tienen un criterio formado y por ende, desconocen el valor de lo que están haciendo y por último, porque no les corresponde esa preocupación a tan temprana edad", explica Ana Bonillo.

Con ello, la farmacéutica traslada la vista a las redes sociales, cuya "culpabilidad" se ha vuelto el centro del debate. "Si bien he dicho, somo seres de imitación, y en cualquier época histórica los pequeños han querido imitar lo que hacían los grandes porque les veían hacerlo, ahora pasa lo mismo con las redes sociales. Sin embargo, pienso que aunque nos podamos encontrar vídeos de 'skin care' en TikTok o Instagram, es nuestra responsabilidad poner los límites y educar en criterio a las menores, para que, incluso si ven esos vídeos sepan hasta donde los pueden imitar", comenta la especialista. 

Problemas reales

Si algo bueno tiene el mundo de la cosmética es que existe una incontable variedad de productos destinados a resolver distintos problemas en diferentes tipos de piel. Por lo que, casi cualquier problema tiene una solución perfectamente adaptada para resolverlo. 

Una de las principales problemáticas a las que se enfrentan los adolescentes, en ocasiones a partir de los 12 años, es el acné. "Cuando viene algún o alguna joven con indicios de este problema, lo primero que se hace es recomendarle una cita en el dermatólogo para que les determine el tratamiento necesario, luego yo le puede aconsejar como farmacéutica cuales son los productos que le pueden ir mejor para alcanzar el objetivo que persigue", narra Ana Dora Bonillo, a lo que añade, que en ocasiones las erupciones cutáneas también pueden darse entre los más pequeños, como lo es la presencia de la piel atópica, lo que resulta ser un problema médico para el que es necesario un tratamiento sí o sí. 

Cuidados de la piel

Bien es cierto que los tratamiento faciales aplicados a una temprana edad no tienen ninguna función preventiva, ya que no tienen ninguna base sobre la que actuar. Es decir, no tiene sentido usar una crema antiarrugas si no se tienen indicios de ellas. 

"Lo ideal es empezar a ser concienzudo en el cuidado de la piel cuando se está en los 20 y teniendo en cuenta una serie de mediadas como la protección solar, evitar la exposición prolongada al sol y si se quieren iniciar tratamientos más concretos, el paciente debe tener claro que siempre debe dejar guiarse por las recomendaciones de un profesional", aconseja la farmacéutica.