El antiguo bar Violeta de la Calle La Reina se convertirá en un nuevo garaje en el centro histórico de la ciudad, muy necesitada de este tipo de infraestructura.
El local dispondrá de unas siete plazas de parking que saldrán en breve a la venta más trasteros. Ya han comenzado los trabajos de rehabilitación del inmueble en esa zona de la calle La Reina que ha ido perdiendo fuelle comercial a lo largo de los últimos años.
El Violeta, haciendo esquina con la calle Bailén a espaldas de la Bodega Montenegro, cerró sus puertas en 2020, en plena pandemia y con él se fue el último bar de la calle La Reina, tras la clausura del bar Matías, en la misma acera bastantes metros más abajo. El bar Violeta fue abierto por José Rueda, conocido como Pepe el del Violeta, en los años 80. Era un bar mixto que alternaba la tapa con los desayunos, con las copas y con su ambiente tipo pub. Incluso en los últimos tiempos, ya con su hijo al frente, llegó de disponer de una plancha en la calle y de dar menús diarios. También tuvo mucho predicamento el Violeta por la pantalla gigante de la que disponía que se llenaba de gente del barrio para ver los partidos de fútbol de pago. En el bar Violeta se podía desayunar, comer, merendar y cenar.
Poco a poco, la calle de la Reina, la antigua Rambla Gorman, se va quedando vacía de establecimientos comerciales. En la parte baja hay algo más de vida con varias peluquería y un estanco, pero en la parte alta solo quedan las tiendas de comestibles de Carreño y Lolica y la peluquería de Miguel Bisbal.
En las fachadas quedan los restos, por ejemplo, de una antigua oficina de Unicaja, también hubo al principio de la calle una sucursal de Cajamar y más arriba una tienda de cristalería Platil, cuyo letrero aún sobrevive y más antiguamente aún una botica, haciendo esquina con la calle Almedina. También hubo tienda de periódicos y revistas, entrando ya en la calle Bailén.
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