Isabel, la joven que soñaba con ser GEO cuya vida se truncó bajo el Cable Inglés

Deportista y responsable, había comenzado a trabajar de socorrista para pagarse sus estudios

Isabel (imagen cedida por la familia) y las flores que recuerdan a los dos fallecidos en el lugar del accidente.
Isabel (imagen cedida por la familia) y las flores que recuerdan a los dos fallecidos en el lugar del accidente. Bernardo Claros
Evaristo Martínez
20:05 • 22 jun. 2024

Isabel quería ser inspectora de la Policía Nacional y convertirse en la primera mujer del Grupo de Operaciones Especiales (GEO). Isabel quería continuar en Granada el grado en Derecho que cursaba en Almería. Isabel, muy responsable, quería ayudar con la economía familiar y había encontrado un trabajo de verano como socorrista. Isabel quería. Un imperfecto colgado en el tiempo para siempre: su vida se truncó a comienzos de semana bajo el Cable Inglés.

Isabel, de 18 años de edad, y otro joven de 23 fallecieron el pasado martes cuando el coche en el que viajaban, de alta gama, impactó contra una farola y dos árboles entre la gasolinera de Trino y el monumento. El conductor, de 22 años, salió ileso y escapó corriendo por su propio pie. Esa misma noche fue detenido en su casa por la Policía Local. Después, en comisaría, dio positivo en alcohol y ‘cannabis’. 

Velocidad, noche, drogas, juventud. Un cóctel que agita los estereotipos, las ideas preconcebidas, los juicios de valor. En este caso, la realidad es mucho más prosaica. Quizás por eso todo sea aún más doloroso.

Los ocupantes del vehículo no venían de fiesta, sino que regresaban de su lugar de trabajo, el Mario Park de Roquetas de Mar. Los dos fallecidos, así como el conductor, ahora en prisión provisional comunicada y sin fianza, eran socorristas.

Según trasladan a LA VOZ fuentes familiares de la joven, ella y la otra víctima mortal se habían conocido en el parque acuático. Para Isabel, este empleo estival, en el que apenas llevaba tres días, era su primera oportunidad laboral: había realizado el curso de socorrista para trabajar y ayudar a sus padres con los gastos de vivir fuera de casa.

Aunque era alumna de primero de Derecho en la Universidad de Almería, donde también estudia su hermano, quería continuar la carrera a partir de septiembre, con 19 años recién cumplidos, en Granada. Estaba entusiasmada con trabajar en verano y disfrutar de la experiencia de establecerse en otra ciudad. Ya tenía mirado un piso.

También estaba feliz porque podía ir y venir de Almería a Roquetas con quien conducía iba al volante esa fatídica noche: ambos vivían muy cerca e iban a compartir los gastos de gasolina.



El accidente
La noche de la tragedia, Isabel iba de copiloto; su compañero de trabajo viajaba en los asientos traseros. Llevaban los cinturones. 

El conductor, según las primeras investigaciones, circulaba a gran velocidad desde la vía parque y perdió el control al tomar una curva. El coche se salió de la carretera, impactó con una farola y después contra dos árboles. Arrancó del suelo el segundo. El tronco partió el vehículo en dos mitades.

En las pruebas de detección de alcoholemia y drogas tóxicas, el conductor dio 0,51 y 0,49 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, el doble de lo permitido. El equivalente a dos cervezas. También dio positivo en ‘cannabis’. 



Deportista y prudente



Isabel estudió en las Jesuitinas (Stella Maris) y terminó el bachillerato en el IES Alborán. Decidió estudiar Derecho para prepararse de la mejor manera las oposiciones a inspectora de la Policía Nacional. Su sueño era convertirse en la primera GEO, un grupo de élite hasta ahora inaccesible a las mujeres. 



Tenía, sin duda, aptitudes físicas: era muy deportista, iba al gimnasio, jugaba al voleibol y practicaba muay thai, una modalidad de artes marciales mixtas conocida también como boxeo tailandés. Vistas sus cualidades, al poco de iniciarse, su entrenador la animó a competir en Andalucía. Ganó varios combates. 



Era valiente, pero cautelosa. No le gustaba la velocidad (así lo hacía ver a sus familiares cuando iba de copiloto) y, como muchas jóvenes, sentía miedo al regresar sola a casa por la noche



Por eso, las amigas se compartían la ubicación. El martes, una le seguía la pista con el móvil. Al ver que poco después de medianoche Isabel había llegado a Almería, se fue a dormir tranquila. En ese momento, el teléfono indicaba que estaba cerca del Cable Inglés.



Flores y velas bajo el Cable Inglés

El accidente ha helado los días previos al inicio del verano. La noticia se difundió rápidamente a lo largo del martes. La Facultad de Derecho transmitió en un mensaje sus condolencias a la comunidad universitaria, familiares y amigos de Isabel. Flores y velas bajo el Cable Inglés recuerdan estos días a los dos jóvenes fallecidos.



Temas relacionados

para ti

en destaque