El ‘estadio’ que nació en la Térmica

Ocupaba un solar de la vega entre la carretera y el lugar donde hoy se alza el Maestro Padilla

El campo Eloy Tripana estaba pegado a la Central Térmica del Zapillo.
El campo Eloy Tripana estaba pegado a la Central Térmica del Zapillo. La Voz
Eduardo de Vicente
20:10 • 23 jun. 2024

Cuando los cuidadores le pasaban el colchón enganchado al coche para nivelar la tierra, le daban un par de manos con la manguera del agua y lo pintaban como a una novia, el terreno de juego del campo de la Térmica parecía de verdad. Si por el contrario ese día faltaba el agua y no había tiempo de pasarle el colchón, aquello se convertía en un terregal a poco que soplara el viento de poniente.



Era el humilde campo del Hércules, bautizado después con el nombre de uno de sus grandes valedores, el incombustible Eloy Tripiana. Estaba situado frente a la playa del Zapillo, casi pegado a la tapia lateral de la Central Térmica, entre la carretera que iba a la desembocadura del río y el lugar donde hoy se alza el Auditorio Maestro Padilla. 



En los años setenta, cuando nació este pequeño ‘estadio’, la zona era un trozo de vega en retirada, un escenario propicio para que los niños improvisaran sobre los rescoldos de los viejos huertos algo parecido a un partido de fútbol. Todavía olía a establo y a tomates recién cogidos, un perfume que se mezclaba con el de la chimenea de la Térmica y del Reflex que emanaba de los vestuarios.



Detrás de este campo de fútbol estaba la figura de Eloy Tripiana Sánchez (1947), que un arrebato de locura decidió transformar una bancal en un terreno de juego para que el equipo de su barrio, el Hércules, pudiera jugar los domingos.



Eloy Nació en el número uno de la calle del Pósito, que en 1947 era un callejón largo, estrecho y sombrío, que cruzaba toda la franja norte de la plaza del Ayuntamiento. Su padre trabajaba en la espartería que el empresario Antonio Peregrín tenía en la calle Molino del Barrio Alto, donde hacían espuertas para las obras y serones de esparto. Eloy tuvo tiempo de ir algunos años a la escuela de la Graduada que estaba en la calle Arráez, pero lo que realmente le gustaba era trepar como un gato por los cerros para colarse con los amigos en La Alcazaba. 



A pesar de que una enfermedad lo dejó tocado de una pierna a los cinco años, corría como el que más y tenía la misma agilidad que sus compañeros de aventuras, con los que se iba a coger uvas y chumbos al cortijo que el cura don Andrés Pérez Molina tenía en la Hoya. Pero llegó el día en que tuvo que dejar sus escarceos callejeros para ponerse a trabajar. Tenía sólo doce años cuando se puso a las órdenes de don José Rapallo, que era el responsable de la barcaza que se encargaba de llevar el agua potable hasta los barcos que estaban fondeados en el puerto. Allí tuvo como encargado a Joaquín Muriana, un personaje muy célebre en la ciudad porque sabía hablar varios idiomas. El agua venía del pozo de Santa Rita por una tubería que bajaba por la Rambla hasta el puerto. 



Eloy Tripiana estuvo muy ligado sentimentalmente a los pequeños equipos de fútbol que aparecían en su barrio, especialmente al Reino, donde jugaban  los muchachos de la zona del Santo, y después el Hércules, que tenía la sede en la subida a La Alcazaba. A comienzos de los años setenta, el presidente de este club, Antonio Belmonte, consiguió que le cedieran un trozo de terreno en la vega del Zapillo, al lado de la Central Térmica. Lo que sólo era un arenal, se fue transformando día a día en un campo de fútbol. 



Eloy fue uno de los que trabajando de día y de noche, aplanando el terreno, esquivando la boquera y arrancando cañas hasta conseguir un campo decente que fue sede del Hércules y del Pavía en aquellos años. Para vallarlo, utilizaron los bloques de obra que sobraron de la caseta del Partido Comunista, que ocupó esa zona en la Feria de 1976, y para hacer los vestuarios, se costearon con el dinero que el club ingresó cuando dos jugadores de su cantera, Gallardo y Pinazo, se fueron a probar con el Real Madrid. En reconocimiento a su trabajo, el nuevo recinto deportivo fue inaugurado con el nombre de ‘Eloy Tripiana’.


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