Desierto y mar, la faceta más fascinante de Cabo de Gata

La revista National Geographic repasa algunas de las leyendas naturales de este paraíso andaluz

Paisaje natural de las calas de San José. 
Bego Cánovas
Paisaje natural de las calas de San José. Bego Cánovas
Bego Cánovas
10:07 • 08 jul. 2024 / actualizado a las 20:11 • 08 jul. 2024

Una vez más, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar está en el punto de mira en la conocida revista National Geographic como símbolo de referencia a nivel europeo. No hace falta salir de España para disfrutar de esas de aguas cristalinas porque el corazón de Almería está repleto de zonas verdes, desérticas y calas mágicas que te transportan al lugar de tus sueños.





Sus paisajes exóticos pasan por todas las vertientes desde pequeños pueblos pesqueros hasta acantilados de origen volcánico, formando un espacio donde la vida florece en un hábitat íntegro. Los arrecifes fosilizados son una de las características de algunas de las playas vírgenes del litoral almeriense, que a causa de erupciones se formaron.



Este Parque Natural es considerado la región más árida de Europa, donde las ramblas con las conocidas pitas invaden la superficie desértica y, a su vez, la región más refrescante, en la que las calas azuladas llenas de vida submarina enriquecen las costas almerienses. Por ello, Almería siempre destacará por la naturaleza intacta que le caracteriza. 



Algunas leyendas oscuras sobre nuestras playas



El paisaje andaluz que se extiende por el territorio almeriense esconde secretos de norte a sur o, más bien, leyendas que con el paso de los años siguen manteniéndose. En el caso de Carboneras, también conocida como la localidad maldita, se encuentra la playa de los Muertos, la cual está ubicada entre este territorio y el vecino, Agu Amarga. El nombre tan curioso proviene, según indica la leyenda, de las famosas corrientes que aparcaban los cuerpos ya fallecidos de los náufragos en la orilla. En dicha zona, en su extremo sur, un gran farallón sobresale junto a la Mesa de Roldán; antiguo domo volcánico que que acredita la existencia en el pasado de una vida submarina. 



Al otro lado de la playa, Agua Amarga se distingue por la gran cantidad de casas blancas y rincones que invitan a disfrutar de este pequeño pueblo. No solo tiene una playa envidiable que atrae tanto a almerienses como a turistas, sino que en sus cercanías sobresale la cala de Enmedio, cuyos acantilados brillan por su color blanquecino. A escasos kilómetros de este fantástico paraje se localiza un antiguo cargadero de mineral, con la función de desplazar el hierro que partía de Lucainena de las Torres hacia el norte por un camino que a día de hoy es totalmente natural. 



Un factor clave es la vigencia de este matiz industrial que sigue presente en algunos pueblos costeros del sur almeriense. Sin embargo, para saber más acerca de esta realidad, es necesario desplazarse en coche para asegurar conocer cada joya natural de nuestros pasados.


La vida tras el mar de plástico

Almería es una tierra polifacética. Si bien ponemos rumbo hacia el interior, Fernán Pérez resalta entre el paisaje desértico. Esta pedanía española del municipio de Níjar se adentra en el verdadero terreno volcánico como bien lo refleja el cráter del Hoyazo, que ofrece uno de los minerales más abundantes de este caldero de lava, los granates.


Los alrededores de Níjar son más bien áridas, pero en su interior ofrece riquezas como el museo Memoria del Agua, en el popular mercado de la villa en el que se resguarda toda la cultura tradicional de agua. Asimismo, se hace referencia a lo vital que es para el humano el agua y se explica cómo nuestros antepasados fueron capaces de luchar y seguir adelante en un territorio tan extremo, en el que predomina las tierras secas y desoladas. 


Otra de las superficies con encanto de Níjar es el barrio histórico de El portillo, cuyas cuestas hacia el norte llevan consigo hacia el resplandor de la atalaya. En cambio, caminando en dirección opuesta, un nuevo espacio se apodera del territorio. La Casa de los Artesanos es la que muestra un entorno artesanal que introduce la producción de piezas de esparto, barro o arcilla. Si hablamos del paseo, los escenarios que bailan por las calles son magníficos, ya que ofrecen momentos como el volar de las mariposas en el mariposario local o el especializado jardín botánico de cactus. 


Pueblos blancos y marineros

Volviendo a la costa, Almería sigue manteniendo con vida pueblos pesqueros, en los que los más mayores pasan la tradición de generación en generación con el fin de mantener la esencia de los barrios marineros. Un ejemplo claro sería Las Negras, pues la cocina de Almería se lucra de la pesca artesanal. En el caso de Rodalquilar, el "playazo" de arena fina despunta por ser una de las playas vírgenes del litoral que domina la batería de San Ramón, impregnada de dunas fosilizadas que retratan a la perfección el pasado minero del Cabo. 


Por otro lado, la Torre de los Alumbres se localiza en el camino de Rodalquilar al Playazo. Este lugar se remonta al siglo XVI, donde figuras conocidas como el rey Felipe II buscaban la fijación de color en las prendas de ropa. Pasados más de 300 años, este terreno se vio influenciado por los restos de explotaciones de oro que singularizan a Rodalquilar entre 1864 y 1966.


Un paso más allá, el Centro de Interpretación La Casa de los Volcanes domina el pueblo marinero. En ella se aprecia la historia de la mina y, por ende, su impacto social. De esta manera, los volcanes y los arrecifes indican claramente el por qué este paseo geológico pertenece a uno de los Geoparques de la Unesco. 

El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar tiene mucho que descubrir, por eso, entre las localidades de los Albaricoques y Rodalquilar se ubica el Cortijo de los Frailes, una bella edificación en la que se han llevado a cabo leyendas del cine y de la la literatura. Escenas pertenecientes a El Bueno, El Feo y El Malo fueron grabadas en este vestigio tradicional. Incluso Bodas de Sangre del gran Federico García Lorca fueron fruto de este maravilloso caserío. 


Arrecifes, playas, miradores y la danza de las olas

Paseando por la costa, donde el mar se funde con el cielo, sigue habiendo bellezas autóctonas de la tierra almeriense como es la Isleta del Moro. Hacia el sur, una vez en San José, hay playas que son conocidas fuera de las fronteras indálicas. Playas como Los Genoveses o Mónsul son grandes tesoros del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, donde películas del cine español han dejado su huella. De este modo, Mónsul y su paisaje de origen volcánico ha enamorado a muchos cinéfilos tras sus escenas en Indiana Jones. 


Si nos adentramos en Cabo de Gata, su expansión dibuja el extremo suroccidental y, durante este recorrido se da pie a un faro solitario arropado de una de las fortunas más preciadas del alrededor, el Arrecife de las Sirenas. Desde lo más bajo del faro se aprecia a la perfección todas y cada una de las texturas de las chimeneas volcánicas con el romper de las olas. 


Como bien indica el nombre del Parque, el cabo contempla una naturaleza excepcional, en el que las noches alumbran toda la línea de la costa desde la playa de la Fabriquilla; pasando por las salinas, donde se extrae la sal artesanalmente, hasta llegar casi a Almería. Durante el día, el sol refleja en el agua transparente, donde el tiempo parece detenerse a la hora del atardecer y, por la noche, el cielo estrellado marca el rumbo de quienes buscan la luz. Por todo esto y más, Almería siempre será el lugar donde el sol pasa en invierno y un preciado tesoro del corazón de Andalucía. 


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