El tercer ‘monumento’ más fotografiado por los turistas: un edificio quemado

Los que somos de Almería sabemos que a los pies de las murallas han abierto un parque nuevo, el de la Hoya, que ha recuperado para la ciudad un trozo de patrimonio que estaba perdido. Sin embargo, los que vienen de fuera, los turistas que llegan por la calle José María de Acosta o suben por la calle de la Reina, accesos fundamentales a la Alcazaba, no se encuentran con ninguna señal que los lleve a ese bonito parque que destaca en medio de la monumentalidad de las murallas. La falta de señalización denota dejadez, la misma que envuelve a toda esa manzana que se extiende entre las calles de Hércules y Almanzor. Como a nuestras magníficas autoridades municipales no se le ha ocurrido poner un rótulo que marque el camino hacia el Parque de la Hoya, ha tenido que ser un vecino el que ha tomado la iniciativa y por su cuenta y riesgo ha fabricado un letrero de cartón que con una flecha y el nombre del lugar escritas con rotulador le indican a los visitantes el camino correcto.

El cartel está sujeto a un poste de madera, justo enfrente de donde reina el edificio de la calle Almanzor que se le ha atragantado al Ayuntamiento de Almería y que desde hace un año exhibe al público su fachada chamuscada por el fuego. Quién podía pensar que este monstruo de cuatro plantas que tenía que haber sido derribado hace años se iba a convertir en el tercer ‘monumento’ más fotografiado por los turistas, compitiendo mano a mano con la propia Alcazaba y con la Catedral. Son muchos los visitantes que cuando van a tomar la cuesta de acceso a la Alcazaba se quedan con la boca abierta al ver el maltrecho edificio, que representa la máxima expresión del abandono y acaban fotografiándolo, tal vez para mostrar las miserias que tenemos en nuestra querida ciudad.

El caso del edificio quemado y la manzana de viviendas que tenían que haber sido derribadas hace dos años constituye un enorme fracaso político que nadie ha llegado a asumir como tal. Nuestros dirigentes municipales, que se pasan el curso festejando las fiestas en las fotografías de los periódicos, meten la cabeza debajo del ala cuando se trata de reconocer un descalabro de esta índole. ¿Cómo emprendieron un proyecto de esta magnitud sin llegar antes a un acuerdo digno con los vecinos? Nadie se lo explica, como tampoco hay explicación a la actuación que se hizo hace ya cuatro años en la calle Almanzor, en la subida principal a la Alcazaba. Se expropiaron las viviendas a los vecinos, se derribaron las casas y se dejó el solar de estercolero, para que todo el turismo disfrutara de la basura, de los matorrales y de los moscos, cuando lo más lógico, lo que hubiera hecho cualquier ayuntamiento normal, hubiera sido tener el proyecto atado para ejecutarlo inmediatamente después de que se terminara con el derribo de las viviendas.

Mientras nuestros gobernantes presumen del Paseo Marítimo y de su prolongación más allá de la desembocadura del río, la zona que de verdad es el estandarte de la ciudad, por la que pasa la mayoría del turismo que viene a la capital, se tambalea por pura y dura dejadez y también por falta de sentido común. La iniciativa del vecino que ha colocado el cartel del Parque de la Hoya es un gesto parecido al que hace tres años tuvieron los vecinos del barrio cuando por cuenta propia se pusieron a limpiar el solar de la calle Almanzor porque les daba vergüenza ver su estado.