Cascanueces gigantes, tiovivos luminosos mecanizados, figuritas de Belén y un Papá Noel de más de un metro que invita a los transeúntes a echarse una foto con él: esto es lo que cualquier almeriense se encontrará si decide encaminar sus pasos hacia la calle de las Tiendas, en la ciudad de Almería. La Floristería Azabache ha apostado fuerte por el adelanto de la Navidad provocando una duda entre los vecinos de la zona: ¿Qué ha llevado a Paco Valdivia, dueño y fundador del icónico comercio, a decorar su escaparate como si se encontrase inmerso en plena Nochebuena?
El motivo
Si uno se queda unos minutos frente a la floristería, no tardará en escuchar exclamaciones de sorpresa, emoción contenida y alguna que otra queja. Expresiones de disgusto como "Se han pasado, ¿van a poner ya la Navidad?" y gritos de alegría acompañados de bailes triunfales por parte de los niños son algunas de las reacciones que La Voz de Almería ha observado en los alrededores del comercio.
Aunque hay quien se detiene para tomar la foto correspondiente, el gesto más común es el de la incomprensión. Ante esto, Valdivia explica que toda la magia de su escaparate atiende en realidad a una estrategia de venta: "Ha venido propiciada por la observación que he hecho en los últimos años. Venía gente de vacaciones, extranjeros y turistas de otras ciudades, que pasaban por la tienda y preguntaban por la Tienda de Navidad", explica el dueño. De esta forma, la tradicional exposición navideña de Azabache, que desde hace años trasciende las fronteras almerienses, ha inspirado el mencionado rincón de la Navidad, hasta ahora visitado por familias en pantalón corto.
Un movimiento efectivo
En contra de lo que se pueda imaginar, la revolucionaria idea ha resultado ser todo un éxito para la caja registradora de Valdivia, no solamente gracias a los 'guiris', sino también a los propios vecinos de la capital. "Aquí me he encontrado con almerienses e, incluso, con gente que vive muy cerca de la floristería. Todos ellos han comprado ahora porque dicen que luego en Navidad vienen y se encuentran la tienda a rebosar de gente", reconoce el tendero, no sin añadir que algo que también enfada a sus clientes es que en invierno los artículos más codiciados siempre se agotan enseguida. "Además, la Navidad es una fiesta para quedarse con los nietos y la familia. Ahora todo el mundo tiene más tiempo para ir a comprar".
Una de las imágenes más bonitas de las que el florista ha podido ser testigo desde que se lanzó a traer la Navidad a la calle de las Tiendas es la llegada de familias enteras a su local: "En Navidad rara vez ves a padres e hijos comprando los artículos juntos. Estos últimos días, en cambio, yo he visto a parejas que han venido de la playa, con sus chancletas y toallas, para elegir entre todos los adornos", se ríe, señalando lo "bonito" que es este ritual si se lleva a cabo en buena compañía.
Precios que interesan
Lo que Valdivia ofrece en su floristería es un "avance" de la Tienda de Navidad, algo que pensaba retirar cuando acabase la temporada vacacional. Sin embargo, "ha tenido tanto éxito" que se plantea mantener la exposición interna hasta diciembre, retirando únicamente el escaparate. Debido a su condición de adelanto, el coste ha cambiado también: "Ahora mismo los adornos están de promoción, su precio es menor". Avisa, además, de que en Navidad los precios volverán a la normalidad.
Una tradición que perdura
De los 25 años de vida de la Floristería Azabache, 20 han visto a los almerienses soñar con la Tienda de Navidad. Esta tradición, que nace del espíritu viajero del dueño del local, se inspira en la intensa forma en la que este periodo festivo se vive en el resto de Europa. Valdivia localizó un vacío en la ciudad y lo supo aprovechar de la mejor manera.
"Normalmente suelo preparar la exposición en noviembre". Cuenta que su punto de referencia es el Día de Todos los Santos: "Cuando hacíamos entrega el 31 de octubre de todos los centros florales, el equipo al completo nos quedábamos aquí en la tienda. Durante los siguientes 15 días preparábamos, trabajando día y noche, toda la Tienda de la Navidad", relata. Para ello, tenían que desmontar todo el local, ceder espacio a los artículos navideños y diseñar el escaparate. Una vez estaba todo listo, se inauguraba el local y con él llegaba a la ciudad de Almería oficialmente la Navidad.
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