Esta galería en el centro de la capital reivindica el arte más almeriense

Kokoro expondrá hasta el 15 de diciembre a Ignacio Belda, quien regresa tras 20 años de parón

Carmina Soler, dueña de la galería Kokoro, frente a la exposición actual.
Carmina Soler, dueña de la galería Kokoro, frente a la exposición actual. La Voz
Elena Ortuño
19:07 • 03 oct. 2024 / actualizado a las 11:48 • 04 oct. 2024

En pleno centro de Almería se encuentra un lugar que respira viveza. Entre sus cuatro paredes, cada producto ha sido colocado con el mimo y detalle de un corazón apasionado. No en vano la galería de Carmina Soler, dueña del establecimiento, fue bautizada como ‘Kokoro’ hace ya una década, haciendo referencia en japonés al órgano palpitoso. 



Ya se ande en búsqueda de una nueva obra de arte para decorar el dormitorio o de un conjunto de lo más original e inspirador, la almeriense ofrece desde ropa y complementos hasta láminas y cuadros de distintos artistas tanto a nivel local como internacional.



Un origen muy particular



Este año se celebra el décimo aniversario de la apertura de Kokoro. Carmina echa la vista atrás y se sorprende de la decisión que tomó allá por 2014: “Yo soy procuradora, vengo del mundo jurídico, pero siempre quise tener mi propia galería de arte.  Un día lo dejé todo y abrí este local. Ahora lo pienso y digo: ¿Cómo se me ocurrió a mí hacer una cosa así?”, rememora entre risas de incredulidad.



Su decisión no llegó de la mano de un despido ni de un mal trago en su oficio: “A mí todo me iba bien. Sí es verdad que tenía una crisis personal y otra en el juzgado. Una vez fui a hablar con un amigo abogado y justo se alquilaba el local de enfrente. Ahí no tuve duda de qué tenía que hacer”, confiesa.



La idea de fundar una ‘concept store’ llegó de la mano de un amor a primera vista en uno de sus viajes: “Me enamoré de París, de su arte y de sus museos... nunca tenía suficiente. Allí conocí las galerías de arte que eran, a su vez, tiendas de ropa. Vi que en Almería no existía ninguna y sentí que tenía que aprovechar la oportunidad”, relata.



La exposición



Para que un artista exponga su obra en las blancas paredes de la galería, Carmina solo pide dos cosas: “Ver la obra en persona y que me guste”. Reconoce que en muchas ocasiones ha pedido opinión a conocidos expertos del mundo del arte, pero también afirma que nunca pedirá a sus artistas requisitos como tener la carrera de Bellas Artes o haber expuesto en sitios destacados antes. 


Por las manos de la almeriense han pasado las creaciones de artistas tan inspiradores como el alemán Thomas Neukirch, Antonio Llanas, Lola Estrella, Miguel Santander o Enrique Demetrio, entre otros. Actualmente y hasta el 15 de diciembre, los muros del cubo están ocupados por la obra de expresionismo abstracto de Ignacio Belda, un artista que llevaba veinte años fuera del ruedo cultural.


Con esta exposición, compuesta por composiciones que representan diversos paisajes de Almería, el artista confirma su regreso. Desde los campos de Níjar hasta las playas de Las Negras y el faro de Cabo de Gata, todos son lugares que han marcado de una u otra manera a su creador y que han tenido una gran acogida por el público almeriense.


En sequía

“La venta de arte contemporáneo no está pasando por su mejor momento”, reconoce con preocupación Carmina Soler. Aunque los cuadros de Belda se están vendiendo bien, cuenta que no es lo normal: “Hay exposiciones que se van tal como vinieron, completas. Da pena porque son artistas buenísimos”, lamenta.


Tanto ella como el resto de galerías de la provincia creen que debería haber “un incentivo mayor en Almería” para que los artistas no tengan que buscar un plan B. “Es verdad que conozco a coleccionistas que sí compran obras, pero son siempre los mismos, muy poquitos”. 


La almeriense hace una llamada a todos aquellos curiosos amantes del arte: “No hay nada comparable a tener una obra de un artista de tu tierra y más si son de este calibre”, asegura. Mientras, también ofrece al público sus diseños de moda.


Otras actividades culturales

Carmina busca que Kokoro se convierta en un referente cultural. Es por esto por lo que organiza el primer sábado de cada mes un club de lectura. No es esta la única actividad de la que ha sido testigo la galería: “A veces organizamos lecturas de poemas, ópera, fiestas de inauguración...”, enumera. Su amor por lo cultural la empuja a reinventarse en una ciudad que siempre acoge sus ideas con los brazos abiertos.


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