La verdadera historia de la toma castellana de Almería

Los Reyes Católicos no fueron los primeros que tomaron la capital

Banco que representa la toma de Almería, en la Plaza de España de Sevilla.
Banco que representa la toma de Almería, en la Plaza de España de Sevilla. La Voz
Elena Ortuño
09:06 • 08 oct. 2024

Por todos conocida es la toma de Almería por una de las parejas más míticas del medievo ibérico. Los Reyes Católicos rindieron la plaza de manera pacífica en diciembre de 1489, encontrándose no solo a las puertas de la ciudad, sino también de la Navidad. No obstante, no fueron los primeros cristianos en sitiar y conquistar la villa andalusí. En 1147 ya se encargó Alfonso VII de Castilla en dejar su impronta durante diez años consecutivos.



La intentona de Alfonso VII



A diferencia del episodio histórico de Fernando e Isabel, en el siglo XII la conquista se llevó a cabo de una manera más acorde al imaginario popular. Los huestes del monarca castellano tomaron por mar y tierra la que hoy es la capital



“En ese momento la península estaba controlada en su gran medida por los almorávides, una de las grandes tribus del norte de África y quienes no estaban pasando por su momento más estable. La otra gran tribu africana, los almohades, estaban atacando sus posesiones en África” puntualiza Francisco José Díaz, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Almería, quien añade que “al parecer” los reinos cristianos aprovecharon esta descoyuntura para avanzar en la península. 



Al igual que sus vecinos aragoneses y portugueses -quienes tomaron Lisboa y algunas plazas toledanas-, Alfonso utilizó la debilidad de los almorávides a su favor, pero los remanentes de su victoria tan solo permanecerían durante una década. En 1157 los almohades llegarían a la península e intentarían ‘reconquistar’ todos aquellos territorios que antes habían pertenecido a los aguerridos almorávides. Almería volvió a virar entonces a manos musulmanas para continuar bajo la religión islámica durante tres siglos más.



La victoria final



Al contrario de lo que se pudiera pensar, tras la posterior reconquista -de la mano de los Reyes Católicos-, la población musulmana pudo vivir en relativa paz. El colectivo no se vio obligado a abandonar la ciudad ni tampoco perdió su libertad. Dicho respeto se debe a que Almería, al igual que Guadix o la propia Granada, se rindió mediante lo que hoy se conocen como capitulaciones.



“Era un trato bastante favorable a la población musulmana. Sí les hacían ciertas peticiones, como, por ejemplo, retirarse de las zonas más estratégicas, de los alrededores de la Alcazaba de Almería. Aun así, no los obligaron a convertirse ni les quitaron sus bienes. Hay un respeto evidente de Fernando e Isabel hacia las poblaciones vencidas”, asegura Díaz.


El docente señala que la situación sería muy diferente en caso de no haber aceptado dichas capitulaciones: “En Málaga, por ejemplo, tuvieron que huir de la península y abandonar todas sus pertenencias. Algunos pasaron a ser vendidos como esclavos”, apunta.


Ante la más que razonable duda sobre por qué los almerienses de la época decidieron alzar la bandera blanca en lugar de presentar batalla, el profesor universitario señala como ‘culpables’ las luchas internas en Al-Ándalus: “En el momento en el que atacan los cristianos, se está disputando el trono granadino. En Almería decidieron capitular porque no estaban a favor del famoso Boabdil y prefirieron caer en manos cristianas antes que continuar en la órbita de la dinastía nazarí”.


La espera

Cuentan las crónicas que aunque la toma tuvo lugar el 23 de diciembre, los reyes católicos no hicieron su entrada triunfal hasta tres días después, el 26 de diciembre. Muy popular es la versión que explica esta espera recurriendo a la figura de Isabel, quien habría ordenado a Fernando esperar a su llegada para entrar juntos en la ciudad. Aunque no se puede demostrar con exactitud, Díaz no lo tilda de descabellado: “La conquista la realizó Fernando, pero la hizo en nombre de Castilla. La presencia de Isabel durante la entrega de llaves haría que la conquista efectiva fuese de Castilla, no de Aragón”.


Conmemoración de 'El día del pendón'

Un pendón es una bandera más larga que ancha que puede servir tanto como insignia de un monarca como de una ciudad. A la conmemoración de la toma de Almería se le llama ‘el día del pendón’ y es muy probable que sea así porque se celebra que el pendón castellano cuelga ya en la capital.


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