El barrio del varadero y de la lonja

Era un lugar fronterizo entre el mar y la Carretera de Málaga

El barrio que se extendía por la Carretera de Málaga tenía como referencias el varadero y la lonja donde se hacía la subasta del pescado.
El barrio que se extendía por la Carretera de Málaga tenía como referencias el varadero y la lonja donde se hacía la subasta del pescado. Eduardo de Vicente
Eduardo de Vicente
19:28 • 14 oct. 2024 / actualizado a las 19:36 • 14 oct. 2024

Era el último barrio antes de tomar las primeras curvas de la temida Carretera de Málaga. Las casas se extendían por la ladera sur del barrio de la Chanca, debajo del camino romano y cruzaban al otro lado de la carretera donde se entraba de lleno en terrenos del puerto. Era una zona de almacenes, salpicada por algunas viviendas de gentes del mar y por las típicas barracas de madera que levantaban los armadores para utilizarlas como naves. En una de  aquellas barracas nació la famosa ‘Barraquilla’ uno de los bares que marcó una época en la ciudad.



Aquel era un lugar fronterizo entre el mar y la carretera, marcado por el tránsito constante de vehículos ya que era el camino principal que nos unía con el poniente. Por allí entró Franco el uno de mayo de 1956 cuando vino por segunda vez a visitar Almería. Entonces no teníamos todavía el aeropuerto y tuvo que hacer el viaje en su coche oficial. Para recibirlo, se decoraron las fachadas con guirnaldas y se realizaron pintadas con el nombre del Caudillo, que durante años se quedaron allí colgadas, como una reliquia que nos recordaba la llegada del Caudillo.



Aquel era el barrio del varadero y de la lonja del pescado, uno de los escenarios donde a diario empezaba la vida de la ciudad. Los días se inauguraban entonces en la alhóndiga y en la lonja, que dos horas antes de que amaneciera ya estaban funcionando. 



La lonja era un mundo aparte. Allí llegaban las cajas de pescado que descargaban los barcos para que se realizara la subasta. Allí acudían los vendedores de la Plaza y también los vendedores ambulantes que iban por las calles, de puerta en puerta, llevando la mercancía que les permitía sobrevivir. Allí íbamos los almerienses en familia en aquellos domingos de verano en los que asistíamos al espectáculo de la descarga y la venta del pescado recién cogido del mar.



La llamada lonja nueva, que  fue construida por la Junta de Obras del Puerto, fue inaugurada en marzo de 1957, siendo presidente don Antonio Oliveros Ruiz. Fue una obra provisional, a la espera de que cuando estuviera terminado el puerto pesquero se pudiera levantar otra lonja más amplia y mucho más moderna. La que se abrió en aquella primavera de 1957, era una nave cubierta, grande y destartalada, con puertas rematadas por arcos, que permitía realizar las tareas mercantiles bajo un mayor control y con mayores comodidades. Ese mismo año el entonces Gobernador civil de la provincia, don Ramón Castilla, realizó las gestiones necesarias en Madrid para conseguir los créditos urgentes que facilitaran  la puesta en marcha de nuevo de las obras del puerto pesquero. Los trabajos se desarrollaron durante cuatro años, en los que se llegaron a transportar y verter más de doscientas cincuenta mil toneladas de piedra sobre las que se asentó el nuevo muelle para los pescadores, que finalmente fue inaugurado de forma oficial en mayo de 1961.



La lonja provisional siguió funcionando durante quince años, hasta que en el verano de 1972 se puso en funcionamiento la lonja del pescado moderna, que se hacía imprescindible para acoger el producto que generaba una flota pesquera que en veinte años había pasado de los cincuenta barcos a los casi ciento treinta de 1972. 



Aquel barrio entre el puerto y la carretera de Málaga era también el del varadero, su edificio más representativo, desde su puesto en funcionamiento en 1929. La sociedad almeriense  pedía a gritos la apertura de esta nueva instalación que tanto necesitaba su endeble economía. El nuevo varadero era fundamental para potencial la actividad comercial y el prestigio de nuestro puerto. En el nuevo varadero podrían ser reparados no solo los veleros de pequeño tonelaje, sino los vapores de cabotaje de 2.000 toneladas. Por fin, dieciséis años después de  que empezara a gestarse el proyecto, el varadero de Almería inició sus primeros trabajos, con los barcos de pesca a motor ‘Manolito’ y ‘Merceditas’, del armador Domingo Fernández Térrez.




Temas relacionados

para ti

en destaque