La DANA ha dejado cuantiosas pérdidas materiales en el Levante español. En nuestra provincia El Ejido se ha convertido en una de las zonas más perjudicadas. En esta entrevista, nos centraremos en los efectos devastadores en esta localidad, llevando en nuestra tinta que el fenómeno las pérdidas en Valencia.
El investigador almeriense del CSIC en la Estación Experimental de Zonas Áridas, Francisco Javier Alcalá García, examina los efectos de fenómenos climáticos extremos en entornos áridos.
Desde hace 20 años está especializado en desertificación y sostenibilidad, expone los factores críticos que hacen a El Ejido especialmente vulnerable a eventos como la reciente DANA, y destaca la necesidad urgente de mejoras en planificación y prevención en zonas de riesgo.
Hablar con un científico es poner sobre la mesa cómo haber evitado que 4.500 hectáreas de invernadero sufrieran costosas pérdidas, así como otras infraestructuras, más el impacto en la mano de obra que se dedica al sector. Los investigadores podían saber con 10 minutos de anticipación el alcance de la tormenta, gracias a un importante radar meteorológico que hay en Cabo de Gata. Alcalá lo tiene claro el fallo es la falta de previsión y diligencia para hacer caso a la alerta roja por parte de las administraciones.
¿Qué factores geográficos y climáticos hacen que zonas como El Ejido sean especialmente vulnerables a eventos climáticos extremos como la DANA?
Lo primero es que hay dos aspectos clave que no podemos obviar. Primero, el cambio climático es una realidad que vemos en el aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos. Esto confirma que no hay lugar para el negacionismo climático. El segundo punto es el "negacionismo administrativo": no se está invirtiendo lo suficiente en organización territorial ni en planes de riesgo. Las inversiones en las localidades del Poniente de Almería son mínimas, y las medidas actuales son claramente insuficientes para la protección de la población.
¿Qué papel juegan las tormentas de polvo y aerosoles en la dinámica de fenómenos como la DANA? ¿Pueden agravar los efectos de las lluvias intensas?
El polvo atmosférico y la DANA están relacionados de manera indirecta. El polvo se produce durante eventos de altas presiones atmosféricas, mientras que la DANA es una baja presión. Sin embargo, puede suceder que una borrasca atrape o desplace parte del polvo. En nuestra zona, al tener relieves importantes cerca de la costa, como Sierra de Gádor o la Contraviesa, las nubes son forzadas a subir rápidamente. Esto genera cambios bruscos de temperatura y puede llevar a lluvias o granizadas intensas, como las que vimos recientemente.
¿Qué tipo de tecnología o métodos de monitoreo podrían implementarse en la zona para mitigar el impacto de futuros eventos similares?
Ya contamos con radares meteorológicos y sistemas de monitoreo que funcionan bastante bien. Sin embargo, el problema no es la previsión meteorológica, sino la falta de planificación y rapidez en la respuesta. Si se alerta de un evento extremo, las acciones deben ser inmediatas. Raro es el pueblo que cuenta con servicios de emergencia, planes de prevención o sistemas de evacuación de la escorrentía.
¿Cree que la población local de El Ejido está suficientemente informada y preparada para enfrentar estos fenómenos?
Aunque existen sistemas de alerta en la comunidad autónoma, la información a la población llega con retraso, y rara vez los ayuntamientos disponen de mapas de riesgos específicos. Muchas veces, el desarrollo urbanístico se realiza en zonas de alto riesgo sin tomar en cuenta los mapas de peligro. Esta falta de planificación adecuada deja a la población en una situación de indefensión cuando ocurren eventos como la DANA.
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