Un viaje de ida y vuelta en menos de 24 horas. Una auténtica locura, a casi 500 kilómetros de casa y sin saber qué iban a encontrar en el epicentro de la tragedia. Y todo, movido por las ganas de ayudar, de intentar hacer algo. Así se planteó un grupo de jóvenes una odisea exprés que empezaba el viernes por la noche en un autobús, camino a Valencia, para llegar a Paiporta el sábado por la mañana y regresar a Almería en la misma tarde de ayer.
"Somos opositores a Policía y Marina y hemos decidido ir a Valencia por la impotencia de ver tanto sufrimiento", explica uno de ellos, Juan González Nieto. "Todos queríamos ayudar, pero no sabíamos cómo", explican.
¿Qué encontraron? "No habíamos visto nada igual, parecía una escena de película de terror. Cuando accedimos al centro del pueblo (que solo se puede acceder a pie), comenzamos con labores de gestión y logística de la comida donada recibida, organizando su colocación y su posterior reparto a quien lo demandase", cuenta González Nieto.
Por su parte, Vanesa Suárez explica que, al llegar, el panorama era desolador. "Es un caos total, hay mucha falta de coordinación y están saturados. Hemos estado echando una mano sacando agua, lodo, barro, palos, madera... No se da a basto. Es brutal".
Junto a Alejandro Ochando, otro joven que conformaba el grupo almeriense, los voluntarios continuaban la mañana del sábado en las difíciles tareas de búsqueda de personas desaparecidas y, posteriormente, trataron de "sanear calles, para hacerlas accesibles para peatones y vehículos", explica Juan González Nieto.
En concreto, una familia les pidió colaboración para quitar el lodo de su acera y del interior de la vivienda, donde pudieron ver otra dimensión más de la magnitud de la tragedia: "Ha sido impactante ver la altura a la que llegó el agua dentro de la vivienda (aproximadamente más de 2 metros) y cómo los que vivían en ella contaban el momento en el que sucedió todo".
Lo más duro
En ese punto de la dura jornada de voluntariado, llegó lo más difícil del día. Tras conocer mejor cómo vivieron algunos vecinos de Paiporta el momento de la riada, "nos adentramos en el garaje de un bloque y encontramos dos cuerpos sin vida. Un fatídico momento", explica Juan.
Tras seguir sacando lodo de varias viviendas, el grupo de jóvenes almerienses emprendió camino para el viaje de vuelta a Almería con la intención de regresar el próximo fin de semana, para seguir ayudando en Valencia. "No ha sido muy largo, pero sí ha sido fructífero, y nos llevamos la amabilidad de la gente", explica Juan, que guarda para siempre en el corazón al vecino que les ha llevado desde Paiporta hasta el centro de Valencia para coger el autobús (un hombre que estuvo 4 días sin poder ver a su hijo por la riada, apunta González Nieto).
"Ha sido una experiencia indescriptible", explica Juan, que también expone que "la organización y coordinación están siendo muy deficientes y nefastas".
"Valencia está muchísimo peor de lo que parece y toda ayuda es poca. Aunque pase el tiempo, se tiene que seguir ayudando como se está haciendo ahora", sentencia Juan González Nieto.
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