¿Quién no ha soñado alguna vez, siendo estudiante de cocina, terminar la formación y abrir su propio restaurante? Pues bien, ese no es el caso de Carlos Villegas, lo que tampoco quiere decir que no le haya ido bien en su carrera profesional, y es que este joven cocinero de Aguadulce nunca lo tuvo en cuenta.
Desde que comenzó su formación en el grado superior de Cocina en el IES Almeraya, siempre ha tenido en mente otra idea muy clara: el lujo. Durante el tiempo que fue estudiante de cocina, pudo disfrutar de la mejor formación de la mano de auténticos chefs Estrella Michelín, aunque eso sí, siempre lejos de casa. "Mis profesores me mandaron a hacer prácticas en La Rioja, y otro año me tuve que ir a Ibiza, no solo para completar las prácticas, sino también para ganar dinero para pagarme la universidad", cuenta Carlos Villegas.
Sin duda, consiguió pagarse el grado de Gastronomía en el Basque Culinary Centre, una de las mejores escuelas de cocina de España, lo que de nuevo le llevó a trabajar codo con codo con los chefs de los mejores restaurantes de San Sebastián o Río de Janeiro. No obstante, durante los veranos volvía a Ibiza para trabajar en Malibú, el restaurante de moda donde acuden todas las celebridades en su paso por la isla. "Le hemos dado de comer a Naomi Campbell, Adriana Lima, Alssandra Ambrosio, David Guetta, y también a futbolistas como Iniesta, Fernando Torres o Gerard Piqué", recuerda el almeriense.
De cocinero privado, a cocinero en yates de lujo
Desde luego que su trabajo en la isla fue una catapulta que le lanzó a donde está el día de hoy: literalmente en cualquier parte del mundo, porque Carlos Villegas ahora es cocinero en un yate de lujo con el que ha llegado a circunnavegar el mundo. "Esta oportunidad realmente me llegó de rebote. Tras acabar mi trabajo en Malibú, comencé a trabajar en una de las villas más caras de Ibiza, pero llegó el Covid y había que reinventarse", narra.
De hecho, todo sucedió mientras observaba Port d'es Torrent desde la villa en la que preparaba sus platos más ricos para los clientes más exquisitos. "Siempre he ido buscando la calidad laboral, pero también la calidad de vida. Quería hacer algo nuevo y como tenía contacto con los capitanes de los yates que acudían a la isla, pude formarme para ser cocinero en alta mar", cuenta con una mirada risueña.
Ahí es donde comenzó todo el periplo. Durante el primer año, Carlos Villegas trabajó como cocinero privado en un velero británico, y luego pasó a formar parte de la tripulación de un yate que cada año acoge a clientes muy exclusivos, desde empresarios hasta aristócratas. "En el invierno del primer año recorrimos todas las Antillas Menores, y en verano recorrimos la costa mediterránea: Grecia, Albania, Italia, Baleares...", explica el cocinero, y aunque el la ruta durante el siguiente año fue similar, le regaló mejor experiencia de su vida.
Circunnavegar el mundo, la mejor experiencia de Villegas
Al acabar su segunda temporada en el Caribe, el yate en el que trabaja Carlos Villegas cruzó el Estrecho de Panamá aventurándose en una travesía que duraría cerca de un año y cuyo objetivo era cruzar el Océano Pacífico, la mayor travesía en el planeta sin tierra a la vista. "Fue la mejor experiencia de mi vida. Era un viaje complejo porque íbamos a estar muchos días navegando sin tomar tierra, pero valió la pena y estoy seguro de que jamás lo hubiera hecho por mi cuenta", cuenta emocionado el cocinero que ha visitado Sudáfrica, Perú, Estados Unidos, Japón y un largo etcétera de países y lugares de ensueño.
Este viaje le brindó la oportunidad al joven de Aguadulce de experimentar vivencias únicas: desde un curioso encuentro con los habitantes de las Islas de San Blas cuya única forma de comercio es el trueque, hasta cruzar el ecuador y contemplar la maravillosa naturaleza de las Islas Galápagos. Además, Carlos Villegas ha podido bucear con tiburones, ser espectador de danzas maoríes, formar parte de los rituales de las tribus polinesia- lo que le ha dejado una mochila llena de anécdotas e historias increíbles- y visitar cientos de islas como Tonga, Islas Salomón, Fiyi, Tahití, en las que ha tenido el privilegio de participar de su cultura, así como también bordear Nueva Zelanda, atracar en Australia y pasar unos días en Indonesia.
"No solo es un trabajo, es un estilo de vida que me permite combinar lo que más me gusta: la cocina, aunque no venga de familia; la actividad física, porque también soy apasionado del deporte, de hecho, también soy instructor de buceo, y además me permite trabajar en mi propio negocio desde cualquier parte del mundo", explica Carlos Villegas.
Es por eso que desde hace algún tiempo, este joven de Aguadulce ha decidido convertirse en un mentor para todos aquellos chicos y chicas que aspiren a experimentar ese modo de vida que más de uno desearía. Así pues, el cocinero busca guiar e inspirar a todos aquellos profesionales que estén dispuestos a montarse en un yate, compartiendo increíbles vídeos y fotografías en su cuenta de Instagram (@villegas_yachtchef) en la que ya cuenta con más de 45.000 seguidores.
"No es difícil, sólo hay que saber cómo hacerlo, y por supuesto, tener un buen nivel, porque tú eres tan bueno como tu último trabajo", explica Carlos Villegas, el cocinero que surca los mares a bordo de un yate de lujo durante seis meses al año, y que cuando está de vacaciones opta por trabajar en un restaurante de 400 años de antigüedad en Japón o pasar las navidades cocinando en los Alpes.
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