Luis Fernández, la estrella de Saveres

Los Mercedes no tenían secretos para él

Tony Fernández
20:58 • 04 ene. 2025

El mejor de los ‘Saberes’ se llamaba Antonio y el más servicial era Luis Fernández Rodríguez. Para todos Luis ‘Saberes’. Empezó como sus hermanos conduciendo los camiones de su padre, Antonio Fernández Martínez, y tardó poco en ‘colocarse’ porque era además de buen chófer un manitas para la mecánica. Su hermano Juan abrió Auto Moto Servicio en la calle Reyes Católicos 18 y aquello se le fue de las manos gracias a la implicación de sus hijos Antonio y Juan. Era mediados de los cincuenta cuando los sábados y por las tardes se pasaba Luis a saludar a su padre, su hermano y sus sobrinos, que le tenían preparado un duro test de mecánica que siempre resolvía.



Se fue haciendo un asiduo a la calle Reyes Católicos y allí empezó a arreglar las Lambrettas y las Cofersas antes que llegaran las Ginson de Cataluña. En el patio como en la puerta de la calle con un destornillador en la mano y el mono azul comenzaba la leyenda de Luis, el más servicial de todos los ‘Saberes’, que eran cinco por cierto: Juan, Antonio, Manolo, Luis y Pepe. Su madre, Eloisa Rodríguez Ferrer fue clave en la empresa ya que nacieron solo varones en su casa y tres de ellos acabaron en la empresa que hoy es el Grupo Saveres



La persona



Luis Fernández Rodríguez nació antes de la guerra en un frío diciembre en la Villa de Gádor como sus hermanos. Era alegre y muy trabajador. No tenía horas y solo los fines de semana se permitía ciertos lujos como echar un “chatillo de vino de Laujar” y ver jugar al Almería porque todo lo demás era el ‘currelo’. La mayoría de los ‘Saberes’ tenían los ojos claros como su padre, pero Luis sacó los de su madre. Un día conoció en las fiestas de Laujar a la joven Antonia Asensio Barragán con la que se casó y formó una familia gracias a Luis, Toñi y María del Mar. Los dos primeros nacieron en la casa de la calle Murcia y la pequeña en el Barrio de Los Ángeles en la calle Lopán. Luis era un sol para su familia y los vecinos de la Torre 3. Siempre echaba una mano y siempre buscando la paz por encima de todo. Un ángel del cielo.



La mecánica



Su hermano Juan no tuvo dudas y vio que Luis era un ‘manitas’ y lo mandaba a los cursillos para mejorar sus prestaciones en unos tiempos donde los recambios eran mínimos, y los mecánicos hacían las piezas. Era muy listo y destacaba en Lambretta como más tarde en Vitoria se puso a tirar del carro con aquellas furgonetas DKW que para él nunca tenían  secretos. Luis no necesitaba abrir el capot del vehículo averiado y optaba por escuchar el motor para saber que tecla tocar. Cuando se abrió el nuevo taller de la Carretera de Ronda y se vendían más de 300 furgonetas al año, había que organizar el trabajo y fue nombrado jefe de taller y con su hermano Pepe gestionaban largas jornadas de trabajo donde no faltaban las horas extraordinarias.  Luis fue de los primeros de España cuando llegaron los Mercedes Benz y no había en Almería un propietario que no le encomendara su coche para que le durara muchos años. Era la estrella de los coches con estrella.



La empresa



Nada que ver con aquel Luis de la calle Reyes Católicos el que se iba a Madrid de cursillo un viernes al Hotel Legazpi y tras ver ganar a su Real Madrid en el Bernabéu se bajaba una furgoneta que ya estaba vendida. Siempre mirando por la economía de la empresa se convirtió en el maestro de muchos mecánicos que acabaron montando su propio taller de mecánica. No paraba, y cuando se abrió la cafetería en la empresa, tenía lista de invitaciones que no podía atender. Hacía muchos favores y los clientes lo querían con locura ya que sabían de su conocimiento y entrega para que todo saliera bien. Nunca se fue de la empresa y ya jubilado se daba sus ‘vueltecicas’ para ver la obra que era el sueño de los ‘Saberes’.


La familia

Un 22 de agosto en plena Feria de Almería a mediodía una ambulancia en la puerta de la Torre 3. Algo me dijo que subiera por las escaleras y entré en su casa. Hablaba ‘flojillo’ como decía mi hija Copy, y postrado en la cama se nos quedó en las manos. Cuánto dolor ver a Luis ‘Saberes’ aferrado a la vida y como se paró su corazón para siempre. Estaba sin fuerzas para arreglar una avería traicionera cuando era el más feliz del barrio con su Antonia; su Luis con Conchi; su Toñi con Paco y su María del Mar. Sus nietos, y unos vecinos asomados al patio llorando al más servicial de la tierra.


El apodo familiar es 'Saberes' pero la empresa es con v como: (Sociedad Almeriense de Vehículos y Repuestos). Esa es la diferencia.



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