De Instinción al Kilimanjaro: así alcanzó este almeriense la cima de África

Participar en ‘La Desértica’ es un gran sueño de este montañero con una minusvalía del 65%

Pepe Salvador en la cima del Kilimanjaro.
Pepe Salvador en la cima del Kilimanjaro. La Voz
Karolina Lewandowska
13:30 • 14 ene. 2025

Hace 58 años, una humilde familia de agricultores de Instinción trajo al mundo a su tercer hijo, el pequeño José Antonio López Salvador, más bien conocido como Pepe. Por aquel entonces aún no lo sabían pero el recién nacido estaba destinado a convertirse en un gran aventurero, y su vida, en un ejemplo de superación. 



Cuando Pepe López Salvador tenía seis meses de edad, su padre tenía la costumbre de ponerle sobre sus rodillas y ver cómo el pequeño demostraba sus ansias de ponerse en pie. No obstante, eso no sucedió. "Mi padre una tarde notó que no lograba mantenerme en pie. A partir de ese día comenzó un peregrinaje por todo tipo de consultas médicas y ciudades: Madrid, Barcelona, Granada...", narra el aventurero y montañero. 



El primer diagnóstico fue una noticia terrible para toda la familia: "Dijeron que jamás volvería a andar. La Poliomilitis había impactado con fuerza en mi cuerpo, haciendo que se me reconozca una minusvalía del 65% y afectando seriamente los dos miembros inferiores", relata Pepe López Salvador. 



Pese que a lo largo de su vida le han intervenido quirúrgicamente en 13 ocasiones, el montañero decidió tomar el 35% restante de su capacidad inalterada y demostrar se pueden conseguir todos los sueños que uno se proponga. 



Comienza el ascenso



El entorno en el que había nacido, la Alpujarra almeriense, fue contexto perfecto para que a sus 17 años se despertara su amor por la naturaleza. "La primera ascención que hice fue en la sierra que rodea mi pueblo, subí los discretos 1.347 msnm del cerro Montoro. Esa subida prendió un fuego en mi espíritu que aún sigue encendido", cuenta el montañero. Una vez que alcanzó esta cima, fue imparable. 



Si bien, empezó su aventura por los dosmiles de la Sierra de Gádor, su currículum se ha extendido literalmente hasta el cielo. "He subido casi todos los tresmiles de Sierra Nevada, pero el ascenso del que me siento más orgulloso es la subida nocturna y en solitario que hice a la cima del Mulhacén (3.478 msnm), una montaña a la que también he subido seis veces más", cuenta. 



No obstante, esa no fue el ascenso que le hizo tocar el cielo con las manos. En 2018 preparó sus cosas y nada más y nada menos, comenzó el ascenso del Kilimanjaro, el pico más alto de África con 6.895 msnm. "La cumbre más alta del continente vecino se fraguó en la quimera de una utopía . Fueron cinco días de subida y tres de bajada, cada uno de ellos fue inolvidable. Decenas de kilómetros y miles de metros de desnivel positivo nos esperaban hasta hollar el pico Uhuro, de 5.895 msnm, cima del macizo del Kilimanjaro y sus perpetuos glaciares", recuerda emocionado Pepe López Salvador. 


Un gesto de lo más solidario

Sus ansias de coronar los picos más altos del mundo no solo le han llevado al Himalaya para contemplar la majestuosidad del Everest  desde su Campamento Base, subiendo por desde Lukla y el valle del Khumbo llegando a la cumbre marginal del Pumori el Kala Pattah a 5.650 msnm, regresando luego por el valle de Gokyo, realizando así uno de los recorridos más duros del mundo, sino que también le han hecho demostrar su lado más solidario. "Cuando hicimos esta expedición había tenido lugar el terremoto de 2015. Antes de irnos, recaudamos más de 6.000 euros en España y pudimos levantar un colegio-orfanato para los niños cuyos padres murieron en esas circunstancias tan trágicas", narra el montañero. 


Seguro que a estas alturas, el lector se estará preguntando cómo ha logrado todo esto Pepe López Salvador, quien además ha realizado rutas por los Picos de Europa, el Pirineo y los Alpes. "Lo he hecho todo con muletas. Además, soy yo quien organiza todas las expediciones porque necesito adaptarlas a mi contexto, por eso tardamos cinco días en subir al Kilimanjaro, pero a los demás también les vino bien porque a partir de los 5.000 metros ya vamos solo con un pulmón porque no hay aire", cuenta. 


Además, para realizar cada una de las rutas, el montañero se prepara a conciencia con entrenamientos que fortalezcan su cuerpo, pero sobre todo, sus brazos y muñecas


'La Desértica', un sueño por cumplir

"Aún así, en 2019 me fracturé la muñeca pero seguí con mi estilo de vida activo y además descubrí la handbike", recuerda. Con este vehículo propulsado con la fuerza de las manos, Pepe López Salvador en 2022 recorrió 1.880 kilómetros que separan Instinción de Finisterre en 27 jornadas sin vehículo de apoyo, y en marzo de 2024 realizó el trekking en bicicleta por el Alto Atlas y el Desierto del Sáhara en Marruecos, el cuál no fue el único viaje de 2024. 


Ahora, Pepe Salvador está centrado en la Patagonia, en Argentina donde quiere realizar un recorrido en bicicleta aunque las cosas no están siendo nada fáciles. "La logística de este viaje es muy complicada, sobre todo por la bicicleta. No me queda otra que buscar patrocinio, el cual todavía no he encontrado", se lamenta. 


Si bien, uno de los sueños que le quedan por cumplir a este montañero es participar en 'La Desértica' en su handbike, y por supuesto, acompañado de su mujer Carmen, quien ha estado a su lado cuando han contemplado las vistas desde las cimas del mundo. "Pese a mi currículum y mi capacidad, aún no me han dejado participar en esta carrera tan importante de mi propia tierra solo porque no existe una categoría en la que se pueda inscribir mi bicicleta. Pero bueno, es una gran ilusión participar en ella y espero que algún día se haga realidad", concluye. 


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