Mucha pomada y poco plutonio. Palomares no fue ni mencionado en el encuentro que ayer mantuvieron en Washington el presidente de EEUU, Barack Obama, y el de España, Mariano Rajoy.
Hubo tiempo y espacio para que ambas delegaciones abordaran aspectos relativos a la recuperación económica, las inversiones rorteamericanas en la península y para la efeméride del descubrimiento del Océano Pacífico. Pero no para las 40 hectáreas de tierra contaminadas que permanecen desde hace 48 años en el Levante almeriense, en predios de Palomares, Villaricos y Vera. Al término de su encuentro, que ha durado exactamente una hora, tal y como estaba previsto, Obama y Rajoy han hecho una breve declaración a la prensa y han admitido un par de preguntas. entre las que figuraba una sobre la deriva soberanista en Cataluña. Esa eventual independencia de Cataluña “no se va a producir”, ha afirmado Rajoy, que ha advertido de que "la inestabilidad política y la incertidumbre no ayuda a la recuperación.
Despacho Oval En su entrevista en el Despacho Oval, Obama y Rajoy han estado acompañados de sus principales asesores. Por parte estadounidense se han sentado a la mesa el secretario del Tesoro, Jack Lew y la asesora de Seguridad Nacional del presidente, Susan Rice; Por parte española acompañaban a Rajoy su jefe de gabinete, Jorge Moragas; el director de la Oficina Económica de Moncloa, Alvaro Nadal y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito, entre otros.
La actual Administración de Estados Unidos está pendiente de recibir un informe elaborado por varios de sus departamentos antes de decidir qué harán con la tierra contaminada con plutonio que permanece en la barriada cuevana, donde cayeron cuatro bombas nucleares cuando dos aviones de la Fuerza Aérea norteamericana chocaron en el aire el 17 de enero 1966.
La contaminación de Palomares es uno de los pocos contenciosos que España mantiene con Estados Unidos, pero el equipo del presidente Mariano Rajoy no lo puso sobre la mesa en su visita ayer a la Casa Blanca. La ocasión más reciente en que España volvió a sacar a relucir este tema fue hace dos meses durante la visita a Madrid del secretario norteamericano de Energía, Ernest Moniz, a quien se le instó a continuar impulsando la búsqueda de una solución al asunto, como titular que es de los centros del Gobierno de EEUU para el almacenamiento de material radiactivo.
Precedente Preguntado por Palomares en un encuentro con la prensa, Moniz dio a entender que su departamento no tiene cerrada una posición sobre el asunto. “Podré conocer a mi regreso el asunto con más detalle y entender cómo va esta cuestión”, indicó tras recordar la experiencia de su departamento en la gestión técnica de residuos nucleares.EEUU teme que si se lleva la tierra contaminada de Palomares, unas 40 hectáreas, se puede sentar un precedente y le podrían llegar reclamaciones similares desde otros países.
Caso único Sin embargo, Palomares es un caso único porque las bombas que cayeron y que no estallaron, aunque dos sí se fragmentaron y ardieron, liberando plutonio, lo hicieron sobre una población habitada, y no en desiertos o en alta mar donde EEUU realiza prácticas militares.
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