Los alérgicos a alimentos también quieren “salir de tapas”

Mayor seguridad para las personas alérgicas a alimentos. Éste es el objetivo de la nueva normativa que obliga a restaurantes y servicios hosteleros a informar a los consumidores sobre la presencia de alérgenos en su menú. Una norma que, a pesar de estar aprobada, se aplica de forma irregular en el sector hostelero. Varias familias almerienses se han integrado en una asociación, Avanzax, con el ánimo de hacerse ver y también asesorar a los restauradores. El objetivo: lograr seguridad alimentaria.

Juani Pérez Moreno sabe bien qué dificultades tiene un alérgico a alimentos. Su hijo mayor no tolera leche, huevos, algunos frutos secos y tampoco el kiwi. “Otras intolerancias se han quedado por el camino”, reconoce.

Hoy su hijo tiene 7 años, los que su familia lleva pendiente de todo lo que come o incluso, toca. “No sólo es difícil salir a tomar algo fuera de casa, también lo es ante cualquier celebración familiar. Huimos de comidas y cenas colectivas”, dice. Y si entre quienes conocen sus alergias, a veces, se escapa algo, más difícil lo tienen si salen a un restaurante, en el comedor del colegio o ante cualquier otra salida. Preguntar, qué ingredientes lleva el menú no es una pregunta impertinente, sino necesaria.

Explicado parece comprensible, pero esa comprensión es la que no siempre encuentran. “Si vas a un bar, pocas veces pueden asegurar que en la plancha o la freidora no se han mezclado productos que pueden ser alérgicos. Otros ni siquiera tienen la información exacta de los ingredientes utilizados en un plato”, dice.

Miles de afectados Lo que puede parecer cosa de unos pocos es, por contra, algo que afecta a miles de almerienses. Por este motivo, se ha constituido recientemente la Asociación Andaluza de Alergia a Alimentos Avanzax. “Sólo otro que ha pasado por lo mismo sabe qué angustia pueden tener unos padres que no están seguros de qué pueden ofrecer a su hijo”, reconoce Juani Pérez, que, aunque vecina de Roquetas de Mar, es vicetesorera de esta asociación de ámbito regional.

Otra almeriense con hijos alérgicos a alimentos es Encarna Sáez, hoy secretaria de Avanzax e interesada, fundamentalmente, en formar a quienes deberán después informar a los consumidores sobre su seguridad.

Los hosteleros deberían conocer que en Andalucía son cerca de 400.000 las personas con alergias a alimentos que no salen a comer a restaurantes por falta de seguridad. “Vamos con un tupper cuando asistimos a una celebración”, asegura Sáez, que insiste en que los hosteleros deberían tener en cuenta esta situación porque “pierden una clientela que sí quiere salir de tapas, que sí quiere salir a comer fuera de casa, pero no lo hace por falta de seguridad”.

“Los alérgicos y padres de alérgicos somos conscientes”, dice Sáez, “de que no es fácil adaptarse, pero sí se pueden hacer cursos formativos para que, entre todos, facilitemos la labor porque lo que es cierto es que la norma se puede cumplir. Es importante que se sepa informar a un cliente de qué ingredientes concretos lleva un menú”, asegura.

Una vez aplicada la normativa, ésta redundará en una mejora de la calidad del servicio que se presta en los restaurantes y, por ende, en seguridad. Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), siete de cada diez reacciones alérgicas graves ocurren cuando el alérgico come fuera de casa.