Asesinados 10 inmigrantes por rezar en una patera

Los viajeros rezaban para calmar el temporal y los agresores, acusándolos de la mala suerte, los lanzaron a palos al mar en la patera del 5 de diciembre

Cruz Roja asiste a los supervivientes
Cruz Roja asiste a los supervivientes
Javier Pajarón
19:33 • 15 ene. 2015

Una cadena invisible de supersticiones y vudú aprisiona a las víctimas de las redes de tráfico de seres humanos en el África Subsahariana. Está presente en las habitaciones miserables de los prostíbulos ocultos entre los invernaderos de Almería y viaja anclada en los tobillos de los navegantes clandestinos del Mar de Alborán.





Esta cadena invisible, usada frecuentemente por las mafias para someter a los inmigrantes en su tránsito hacia Europa, aparece de forma dramática en la patera naufragada el pasado 5 de diciembre a unas 18 millas de la costa de Cabo de Gata. En el trayecto desde Marruecos a Almería perdieron la vida 21 personas, entre ellas 8 bebés, y sólo alcanzaron tierra 29 jóvenes auxiliados por personal de Salvamento.





La versión oficial sobre las causas del siniestro apuntaban a los efectos del fuerte oleaje. Cada golpe de mar arrancó de la embarcación a alguno de los viajeros. Sin embargo, la Policía Nacional agrega ahora a la fatalidad un nuevo elemento.





Una investigación de un mes se salda con la detención de dos ciudadanos cameruneses acusados de matar de 7 a 10 personas en el naufragio. No están acusados de patronear la embarcación, como suele ser común en operaciones judiciales contra el tráfico de seres humanos en la zona, sino de atacar a los ocupantes y lanzarlos al mar. La mayoría ni  siquiera sabía nadar.





Según la Policía Judicial, una combinación de cansancio, desesperación, miedo y superstición acabó  en una pelea. El temporal hacía zozobrar la patera y un pastor nigeriano comenzó a rezar para pedir por una mejoría del tiempo. Sin embargo, la situación seguía empeorando y los dos jóvenes culparon al religioso de causar el mal.




El miedo




“Los detenidos culparon del mal tiempo a los nigerianos que rezaban y se hicieron con las tablas que cubrían el fondo rígido de la embarcación para agredir y tirar por la borda tanto al pastor como a otros pasajeros nigerianos”, señalan fuentes la Comisaría de la Policía Nacional.  Los presuntos homicidas sacaron a los “compañeros” de la patera literalmente a palos.





La investigación, desarrollada conjuntamente por la Brigada Provincial de Extranjería de Almería y de la Unidad de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales de Algeciras, no ha conseguido concretar el número de homicidios. Habla de una horquilla entre 7 y 10 crímenes. El motivo es la diferencia en el relato de los testigos directos.



Atemorizados por la amenaza del naufragio y sometidos por los violentos, las declaraciones recogidas en las horas posteriores al rescate hablan de cifras distintas o, más exactamente, son incapaces de concretar el número de personas muertas por los ataques de los dos acusados.


Robaron a las víctimas


La investigación de la Policía Nacional sobre la travesía de la patera localizada a 18 millas de Almería el pasado 5 de diciembre revela situaciones dramáticas durante la noche. El fuerte temporal que azotaba el Mar de Alborán amenazaba la estabilidad de la embarcación y un grupo de subsaharianos comenzó a rezar. Los dos cameruneses aseguraban que las oraciones causaban la mala suerte y empujaron a entre 7 y 10 viajeros al mar, abandonándolos a su suerte.



Más aún, el relato de los testigos muestra la frialdad en la actuación de los presuntos homicidas. Antes de empujar a los compañeros de viaje a la oscuridad de las aguas, robaron a las víctimas. Las diligencias de la Policía Nacional acreditan esta acusación a través del relato de los supervivientes en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Algeciras (Cádiz).



Inicialmente los agentes contaron con el relato de un testigos que manifestaba la existencia de “una discusión entre los viajeros durante el trayecto”. Sin embargo, se “encontraba visiblemente traumatizado por lo sucedido y  no pudo explicar los motivos por los que había fallecido el resto de las personas que embarcaron en Nador”, indica la investigación.


El dinero Posteriormente, las declaraciones del resto de supervivientes permitió unir las piezas del puzle para esclarecer la secuencia de hechos. “Varios testigos afirmaron que, antes de ser arrojadas por la borda, los agresores habían sustraído a las víctimas alrededor de 1.500 euros, cantidad que coincidía con el dinero que uno de los ahora detenidos llevaba consigo”, asevera la Policía Nacional.



 Por otro lado, los agentes observaron cómo los rescatados no se relacionaban con dos de los supervivientes cameruneses y, además, mantenían una actitud temerosa hacia ellos. Así pues, fueron arrestados en Algeciras por, al menos, siete delitos de homicidio. Ya han ingresado en prisión. Las pesquisas se han prolongado durante un mes, con entrevistas personales con más de una veintena de supervivientes.



“Los testigos no manifestaron un número concreto de víctimas dado que los hechos ocurrieron de noche, con mala visibilidad y los supervivientes se encontraban aterrados por lo que estaba sucediendo”, matiza la Comisaría.



Por otra parte, la Policía Nacional precisa que “el resto de los viajeros que no sobrevivieron habrían perecido por las duras condiciones en las que se producen estos viajes”. Esto es, la situación era de extrema gravedad.



Los supervivientes están repartidos en Centros de Internamiento de Extranjeros a la espera de los trámites de expulsión (poco probable por el origen de los inmigrantes). Son en su mayoría varones de Nigeria, Camerún y Guinea Conakry. Los presuntos homicidas fueron arrestados en el CIE de Algeciras (Cádiz).



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