Cientos de personas despiden al agente Emiliano Quintana

No cabía un alma en la iglesia de Santa Isabel, en la calle Rafael Alberti de la capital. Cientos de personas llenaron en la mañana de ayer sábado este templo almeriense para dar su último adiós al agente de la Benemérita fallecido el pasado jueves en un accidente laboral, cuando revisaba material de dotación de los TEDAX en el cuartel del a Comandancia de la Guardia Civil de Almería. Era tal la cantidad de personas que muchas de ellas no pudieron entrar y permanecieron en las puertas de la iglesia mientras se desarrollaba el servicio religioso. Todos ellos, familiares, amigos, compañeros de distintos cuerpos de seguridad del Estado y autoridades públicas despidieron a Emiliano Quintana Fernández y arroparon, con su presencia durante el réquiem, a su mujer e hija en estos duros momentos. 

Durante el funeral, y entre las lágrimas de sus familiares y amigos más directos, el secretario de Estado para la Seguridad, Francisco Martínez, impuso la Cruz de Plata al Mérito  de la Guardia Civil a título póstumo por su carrera profesional al servicio de los ciudadanos y  muerte en acto de servicio. De esta forma, el Ministerio del Interior quiso reconocer públicamente toda su trayectoria en la Benemérita. La representación de agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y la Brigada de la Legión (Brileg) fue notablemente amplia. También la de las autoridades públicas. A la misa también asistieron el subdelegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, el alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, el primer edil de el Ejido, Francisco Góngora, la parlamentaria andaluza Carmen Crespo o los diputados nacionales por Almería, Consuelo Rumí, Gracia Fernández o Rafael Hernando, entre otros.

 El alcalde de la ciudad, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, señaló que “hoy es un día triste para la ciudad, para la guardia civil y para las fuerzas armadas, teniendo en cuenta el carácter de la persona que ha fallecido. Emiliano era un TEDAX, una de las personas que arriesgaban su vida por los demás y, por eso, son personas especialmente queridas dentro del cuerpo y por toda la sociedad”. 

Tras el funeral, el féretro con el cuerpo de Emiliano Quintana fue trasladado hasta el tanatorio donde fue incinerado.