La Organización Mundial de la Salud (OMS) matizaba el viernes las palabras que, sobre el consumo de carne roja y procesada, habían caído como un jarro de agua fría el lunes anterior cuando, bajo la infalibilidad que se presupone a estas siglas, se comparaba el jamón serrano, las salchichas o la carne de ternera con el tabaco como factores cancerígenos. Y donde dijo evitar su consumo, dice ahora moderar su consumo.
Venía a decir, definitivamente, lo que llevan años diciendo todos los nutricionistas y que no es otra cosa que reducir el alto consumo de carne roja, “nunca suprimirla”.
“Cierto es que en países como España hemos abusado en los últimos años del consumo de carne roja y de productos procesados”, reconoce el especialista en Nutrición del Complejo Hospitalario Torrecárdenas, Francisco Moreno Baró, que ve bien “el toque de atención de la OMS”.
Un toque de atención que no deja de ser un recordatorio de lo que, por activa y pasiva, recomiendan todos los sanitarios y que es “una dieta variada y equilibrada”, es decir, comer de todo pero con responsabilidad y sin abusar. Eso sí, Moreno Baró aprovecha para recordar cómo antes se comía mucho más pescado y ahora buscamos esas proteínas en la carne roja y limitamos a un par de días a la semana el pescado, cuando debería ser exactamente al revés.
La OMS viene a señalar cómo una dieta desequilibrada, con poco consumo de frutas y verduras, escaso pescado y mucho alimento procesado, además de carne en abundancia está detrás de varios cánceres.
No en vano, una dieta mediterránea equilibrada se convierte en factor protector no sólo frente a los tumores cancerígenos, sino frente a cualquier patología grave, como el ictus o el infarto de miocardio, o crónica como puede ser la diabetes.
De ahí, que el mensaje de los especialistas en Nutrición sea siempre el de la moderación. “Coma con moderación algunos alimentos, pero no suprima” es la frase con la que se puede resumir el consejo nutricional más básico. Al menos el recomendable a personas sin patologías concretas que sí deberían limitar determinados nutrientes.
La apuesta de Salud Y si los especialistas llevan toda la semana respondiendo dudas sobre la carne de ternera o el jamón serrano, la delegación territorial de Salud defiende la dieta mediterránea, que tiene en su tercer eslabón el consumo de carne, “cuyos valores nutricionales y saludables están avalados por numerosos informes científicos y que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2010”. Igualmente, propone centrar la atención en la prevención del cáncer, no sólo en la alimentación, sino en hábitos de vida saludable como la actividad física y el deporte.
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