Atrás quedaron los tiempos donde un vibrador era un juguete tabú que se adquiría a escondidas, comprándolo contra-reembolso en el catálogo de alguna revista erótica. Tener un vibrador en casa era como tener el cuerpo del delito oculto en el armario, una infracción de las normas morales que pocas y pocos se atrevían a quebrantar.
Cuando a comienzos de los noventa llegaron a Almería los primeros ‘Sex-Shop’, los pocos clientes que los frecuentaban era hombres, y entrar en una de aquellas guaridas del vicio era toda una aventura que había que afrontar con cautela: uno llegaba a la puerta disimulando y cuando comprobaba que no había moros en la costa, entraba en el local a riesgo de encontrarse dentro a algún conocido que lo descubriera infraganti. Y una vez que se producía el inesperado encuentro, ya no era posible una salida airosa. “¿Qué haces aquí?”, te preguntaba el conocido, como si él se hubiera equivocado de tienda cuando iba en busca de una barra de pan. En esos instantes de máxima tensión, cuando nos acababan de descubrir delante del muestrario de vaginas de goma o registrando la estantería de las películas porno, no nos quedaba otro recurso que decirle en voz baja: “He venido a saludar al dueño, que es amigo mío”.
Hoy, una tienda erótica es un establecimiento perfectamente integrado en la vida de la ciudad, que a nadie asusta. Se han hecho tan cotidianos como la farmacia o el kiosco de las chucherías y entre su clientela se cuentan ya más mujeres que hombres.
José Manuel Guirado, gerente de ‘Erotic Fantasy’, la primera boutique erótica de Almería, asegura que en su negocio son mayoría las mujeres, que parecen haber entendido mejor que un vibrador o unas bolas chinas pueden ser artículos de primera necesidad a la hora de buscar un rato de placer y de máxima relajación. “Ellas buscan más el juego, la fantasía”, me cuenta, y en esta búsqueda el vibrador se ha convertido en el amigo que nunca decepciona.
Los hay de todos los colores y de todos los tamaños razonables. Desde el humilde vibrador de goma de quince euros que cumple con las medidas de la media nacional, al vibrador de silicona medicinal de la prestigiosa marca ‘Lelo’, que por poco más de cien euros ofrece el milagro de la doble estimulación y un tamaño de película que da miedo verlo. Y qué contar del vibrador de mariposa, donde el insecto simula un ligero balanceo que va estimulando el clítoris con suavidad.
Selección
La tienda cuenta con un amplio muestrario de vibradores junto a una columna donde se puede leer el aviso: “Por higiene los artículos no se cambian”, algo normal teniendo en cuenta que un vibrador no es una camisa que cuando te la pruebas y no te queda bien puedes ir a descambiarla siempre que no hayas tirado el tique de compra. No queda decoroso regresar a la boutique erótica con el aparato y decirle al de la tienda: “Oiga, a ver si me lo puede usted descambiar que necesito dos tallas más”.
Si los vibradores se están vendiendo como rosquillas, las bolas chinas tampoco se quedan atrás. El gerente de ‘Erotic Fantasy’ me cuenta que ya se están fabricando hasta de oro, pero que son muy caras y tienen difícil salida en el mercado. Él tiene en la vidriera las clásicas de silicona, con doble peso para el deleite de las vaginas más experimentadas que ya tienen ejercitado el músculo, y con el peso estándar para las que son primerizas y necesitan un periodo de aprendizaje y adaptación. Las hay hasta con cuatro bolas, pero para llevarlas se necesita el doctorado.
Una vez que se le coje el tranquillo, las bolas se llevan con comodidad y como son tan discretas, cualquiera se las puede colocar para ir por la mañana a hacer la compra o mientras espera su turno en la consulta del dentista.
La próstata
También tienen mucho éxito los vibradores para parejas, que se pueden utilizar a la vez entre un hombre y una mujer, y en los últimos tiempos están empezando a causar furor los vibradores prostáticos que dicen que son como arqueólogos que van rebuscando con paciencia nuestro punto ‘G’. El secreto está en la estimulación suave que produce en la próstata, un masaje que parece ser mano de santo para la salud de esta delicada glándula del cuerpo masculino.
En ‘Erotic Fantasy’ organizan despedidas de solteros y solteras de primer nivel. “Trabajamos más las despedidas de solteras porque ellas buscan más el carácter lúdico de la fiesta, divertirse, reirse, imaginar, mientras que los hombres suelen ir por otros caminos”, asegura José Manuel Guirado. La boutique también toca ese producto de moda en todas las despedidas que son las célebres y poco discretas felpas de pene, pero se le ha metido por medio la competencia de los chinos, que las venden más baratas.
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