En los últimos años ha aumentado un 25% el número de pacientes que acude a terapia por los trastornos que provocan estas fechas. Según datos de Coaching Club, centro pionero en terapias grupales y personales, cada vez son más las personas que acuden a consulta con esta expresión, ya familiar: "Me dormiría el 24de diciembre y me despertaría el 2 de enero".
Verónica Rodriguez, su directora explica en la Cadena SER, que aunque las fiestas navideñas suelen ser positivamente emotivas, porque conllevan celebraciones y distensión, en ocasiones este broche de fin de ciclo nos traslada a un inevitable análisis evaluativo del año y, como consecuencia, a una cierta inestabilidad emocional en forma de ansiedad, frustración o tristeza motivadas por la insatisfacción personal ante los objetivos incumplidos. "En estas fechas afloran y se desbocan temores que teníamos agazapados, pero que ahora se evidencian en las reuniones sociales a las que asistimos", afirma.
Estrés y tristeza repentina
Clara relata, en su consulta con los terapeutas de Coaching Club, que es en estas épocas festivas cuando más desanimada se siente y no sabe por qué se reactiva el recuerdo de dos pérdidas importantes: la falta de su padre, que falleció el año pasado, y su actual divorcio: "Siento que no tengo nada que celebrar, que todo es un absurdo sinsentido y me duele profundamente imaginarme al lado de familiares unidos y alegres. Pagaría por poder dormirme y despertar solo cuando toda esta vorágine de felicidad impuesta haya finalizado".
Cuando los cuadros de estrés empeoran pueden generar estados depresivos, explican los expertos. Al llegar las fiestas, todas las emociones se maximizan, los miedos se manifiestan y recordamos más a las personas que ya no forman parte de nuestras vidas. Todos estos factores pueden incidir en que sintamos una gran tristeza por terminar el año y tener la falsa creencia de que no hemos tenido ningún tipo de aprendizaje personal. Hay que tener en cuenta que aún de las peores circunstancias estamos obteniendo un crecimiento como seres humanos.
Compras compulsivas
Cuando llega diciembre, todos nos sentimos en el compromiso de comprar regalos para familiares y amigos. En los centros comerciales abundan los descuentos y promociones que incitan al consumo, lo que comporta que haya que tener un cuidado extremo para no excederse y convertirse en un comprador compulsivo temporal, que es lo que le pasa a buena parte de la gente que acude a consulta.
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