El anzuelo contra la red, la captura ancestral y selectiva frente a la malla que todo lo captura: la pesca de atún enfrenta cada vez con mayor virulencia a dos formas de entender la pesca de este pelágico tan cotizado en los mercado asiáticos.
Los pescadores almerienses, principalmente los marrajeros carboneros, entienden que las autoridades europeas deberían de premiar a la pesca palangrera artesanal con una mayor cuota que la de cerco en el reparto anual. Sin embargo, según los armadores almerienses, ocurre todo lo contrario.
El pasado fin de semana se han reunido más de 200 pescadores artesanales de Cataluña, Canarias, Murcia, Valencia y Andalucía en Castellón, en reivindicación de un nuevo reparto de cuota de atún rojo, con la decisión de poner en marcha una recogida de firmas en todo el territorio nacional, en apoyo de este tipo de pesquería.
Tradición en Adra
Uno de los participantes en la cita, el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Adra, Emilio Francisco Jiménez, ha argumentado que “no cabe en la cabeza que en un puerto como Adra, en el que desde la época de los fenicios y los romanos se pesca el atún para hacer el garum, una exquisitez que consumían las élites de Roma, ahora se nos pongan impedimentos y solo quede un barco de palangre de superficie”.
Se pregunta Giménez en su argumentario que “cómo es posible que una pesquería que no existía, la pesca de cerco dirigida al atún, que puso en peligro la extinción de la especia, sea la que tiene la mayor cuota de pesca ahora”, cómo se deja fuera a la pesca artesanal, que ha sido la que ha pescado el atún durante más de 3.000 años”.
El patrón mayor de Adra, junto al resto de flota artesanal, solicita el apoyo de la ciudadanía y pide a la secretaria general de Pesca Marítima que aplique la normativa y abra el reparto de atún, teniendo en cuanta la aplicación del Reglamento Europeo de 2013. Considera el sector artesanal que se está haciendo un daño irreparable permitiendo pescar al cerco (con red) el atún en la época de desove y piden la prohibición de remolcar jaulas con grandes machos para el reclamo y la búsqueda de cardúmenes con avionetas y el seguimiento y control vía satélite.
La situación de la tradicional pesca del atún por parte de la flota artesanal almeriense se ha tornado tan trágica, que los barcos carboneros han tenido que optar en las últimas campañas por vender su escasas cuota a barcos catalanes que trabajan en exclusiva para el grupo tarraconense Balfegó.
Esta firma es líder en capturas y en comercialización del atún rojo en España que venden sobre todo en el pujante mercado asiático.
Tras la pesca de atún se esconde una lucha de intereses en torno a un negocio boyante, con gran demanda, pero cada vez en manos de menos operadores.
La Comisión Internacional del Atún Rojo (Iccat) es quien establece las cuantía, pero según los armadores almerienses, este organismo no ha sabido nunca diferencial la pesca artesanal con anzuelo, palangres y jarcias, de las jaulas agresivas y las redes de deriva.
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