Cierra sus puertas el histórico Restaurante El Romeral

Este templo del pescado y el marisco lo abrió una viuda hace 60 años, lo continuó su hijo Pepe Joya y sus nietos Carlos y Francisco

El Romeral,  en la carretera de Los Molinos junto al Ingenio.
El Romeral, en la carretera de Los Molinos junto al Ingenio.
Manuel León
01:00 • 04 may. 2017

Telly Savalas, el de los chupachups, estaba abonado a la parrillada, y Hugo Sánchez, entre entrenamiento ducha y linimento, tenía su propio rincón azteca para dar cuenta diaria de media langosta a la plancha de la bahía. Allí comieron y bebieron  hasta reventar gente como Lola Flores, Manolo Escobar y buena parte de la nómina de actores, productores, directores y caballistas que se inventaron un Hollywood en  las ramblas de Tabernas.




Todo esa memoria de gambas imperiales, de madejas de atún cocinadas como en Versalles, de aristócratas cigalas, todo ese recuerdo del pescado y del marisco de mayor calidad, domesticado en la plancha maestra de Pepe Joya y de sus hijos Carlos y Francisco ha fenecido después de 60 años. Ha cerrado el restaurante El Romeral de Los Molinos y se va con ese fogón toda esa mística del buen pescado y marisco de Almería, una de las primeras opciones de los almerienses que medraron a la clase media tardofranquista para darse un homenaje.




Luisa Puertas Belmonte, una viuda del lugar con cinco chiquillos a su cargo, abrió  El Romeral como una taberna en el camino, en 1957, cuando ya no había en El Ingenio caña de azúcar ni presidiarios, pero sí una fábrica de azufre y de piensos y muchos carros de mercancías y viajantes de  buen yantar y mejor beber.




Poco a poco se fue haciendo con un nombre, con la incorporación de Pepe Joya, uno de sus hijos, un artista de la plancha, con la que convivió durante  50 años, sirviendo miles de platos marineros a clientes incondicionales. Todos los días iba de madrugada a la lonja del Puerto a comprar el mejor producto de bajura que después se disputaría su clientela al mediodía.




Le sustituyeron sus hijos Carlos y Francisco, que fueron remodelando el local, con el eterno aparcacoches, José, en la puerta.




Hasta que la Autovía del Aeropuerto le fue hurtando protagonismo, dejándolo en tierra de nadie al legendario Romeral. El roce hace el cariño y la carretera de Níjar fue quedando olvidada, arrinconada, hasta que ha terminado por cerrar sus puertas, aunque no se descarta su resurrección en otro lugar. Ahora el viejo Romeral se alquila por 800 euros




 





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