Los pescadores sufren cuantiosas pérdidas por el ataque de delfines

Las flotas de cerco y de artes menores ven cómo los cetáceos averían las redes y trasmallos y se comen las capturas

Un pescador del Cabo de Gata muestra la avería en la red.
Un pescador del Cabo de Gata muestra la avería en la red.
Manuel León
01:00 • 03 jun. 2017

Atacan al amanecer las redes artesanales caladas a escasas brazas de las costa de Adra, Roquetas, Garrucha, Carboneras Cabo de Gata y la bahía de la capital. Lo hacen en número de cinco a diez ejemplares y se emplean una hora en dar dentelladas a los aparejos y trasmallos hasta llegar a los peces capturados en su interior.




Armadores de la flota de cerco y artes menores de los puertos almerienses se sienten acosados por los ataques de esta especie.




La mayor parte de los profesionales del sector lo achacan a la sobrepoblación de atún que hay en las costas que, al ser una especie tan voraz, está desplazando por miedo a otras como el delfín más cerca del litoral que se alimenta, en parte, de las capturas de los pescadores.




Las especies más afectadas cuando reposan en los trasmallos y son atacadas por los delfines son la lisa, la herrera,  la jibia, el lenguado y también especies de cerco como el boquerón y la sardina.




Los armadores llevan tiempo pidiendo unas compensaciones a la administración que nunca llegan. El presidente de la Asociación de pescadores artesanales de Cabo de Gata (Pescartes), Luis Rodríguez, explica que las averías que provocan estos cetáceos carnívoros pueden arruinar una semana entera de trabajo en la mar. “Hemos podido comprobar como incluso los propios bañistas los divisan cada vez más cerca, desde la playa de Torregarcía o La Fabriquilla”, argumenta Rodríguez. De similar forma se expresa José María Gallart, gerente de Asopesca: “a quien le toca el ataque de un delfín le provoca un serio disgusto porque destroza el arte de cerco de un barco en un momento”. Añade Gallart que “hace más de un año que solicitamos un estudio al Instituto Español de Oceanografía pero se quedó parado, el problema que hay es que es una especie protegida, a pesar de su voracidad”.




Los armadores de Adra también sufren esta lacra. El presidente de la Asociación de Productores, José Nadal, subraya que muchos barcos de la flota de once cerqueros que tenemos se han tenido que ir a otras aguas, “en Madrid nos prometieron ayuda, pero no hemos sabido nada”.




Salvador García, de la Cofradía de Pescadores de Carboneras, también apela a la gran cantidad de atún que hay que está arrasando con todo el pescado pequeño y que al ser depredador espanta a otras especies como el delfín.




Los armadores de cerco y artes menores puntualizan que no están en contra del delfín como especie protegida, pero sí exponen que todo se deriva de la sobreabundancia de atún que, en un contrasentido no se deja pescar más allá de un cupo reducido.
 



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