Unanimidad en el Parlamento de Andalucía a la hora de dar el visto bueno a una proposición para que la Junta colabore activamente en el proyecto para sacar adelante la denominación de calidad diferenciada ‘Pulpo Seco de Adra’.
Un plan que pretende colocar este producto en la élite de la gastronomía y dar patente a un alimento que se lleva elaborando en la localidad del Poniente almeriense desde hace no menos de 3.000 años, cuando fenicios, romanos o árabes, en épocas sucesivas, la convirtieron en uno de los puntos neurálgicos de los salazones y los secaderos.
Propuesta
La proposición llegó al Parlamento de la mano del Grupo Popular, defendida por la parlamentaria andaluza Carmen Crespo, natural de Adra y durante varios años alcaldesa de la localidad. Considera que la aprobación unánime supone un respaldo importante para el sector económico, turístico y pesquero.
A favor del pulpo seco juega el hecho de tratarse de un producto que se elabora de forma artesanal, siguiendo los métodos que le han dotado históricamente de todas las propiedades por las que es conocido en el mundo de la gastronomía. Crespo afirma que cuando se pide en cualquier restaurante de España y del mundo “se hace como pulpo seco de Adra”.
El proyecto para su declaración abre dos líneas posibles: por una parte utilizar la fórmula de Indicación Geográfica Protegida, similar a la que ya tiene la Mojama de Barbate e isla Cristina, por su forma de elaboración y de transformación. La segunda opción es la Denominación de Origen Protegida, de la que goza la Quisquilla de Motril desde septiembre de 2016.
Emprendedores
En los últimos años varias empresas han retomado la tradición en la elaboración del pulpo seco en Adra, entre ellas Mare Siccus, que ha recibido ya varios premios provinciales y nacionales por el rescate de esta tradición gastronómica abderitana y por sus productos, o la empresa Abderamar Productos Marinos, vinculada con la comercialización de los productos pesqueros.
La Lonja Pesquera de Adra ha estado presente en el desarrollo de este tipo de productos, prestando apoyo a estas iniciativas emprendedoras que suelen apoyarse en las recetas tradicionales que proceden de sus antepasados. Para promover la declaración, Crespo ha invitado a los grupos políticos a visitar Adra y probar su pulpo seco.
3.000 años de historia
Salazones, secaderos de pescado y otras tradiciones para preservar los alimentos, particularmente los procedentes del mar, eran la forma de prolongar la vida útil cuando no existían las modernas conservas. Esta industria se desarrolló en el municipio de Adra hace más de 3.000 años. Una forma de conservación que ya utilizaron los fenicios o los romanos en la antigua Ábdera, tal y como ha quedado recogido en numerosos trabajos y estudios promovidos en la Universidad de Almería en los últimos años.
Un producto artesano y con historia como el pulpo seco ha pasado en las tres últimas décadas por momentos delicados, pero el impulso protagonizado por varios emprendedores, que han elegido el camino de la tradición y de la calidad, lo trae a primera línea de actualidad
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