Bares y restaurantes podrán firmar contratos con barcos para comprar pescado

Esa típica estampa marinera del pasado con el pescador varando su barca -por ejemplo en El Alquián de Manolo del Aguila- y vendiendo el rancho de pescado en la misma arena hace tiempo que pasó a mejor vida. Desde que la Junta de Andalucía se hizo con la competencias de la comercialización del pescado en  los puertos andaluces ha tratado de frenar -sin conseguirlo del todo- la compraventa de capturas sin pasar por lonja entre particulares y dueños de embarcaciones. 

Sin embargo, en los últimos años se ha reclamado desde distintos ámbitos como el de la hostelería que se flexibilizara la compra de pescado y marisco fresco fruto de la actividad extractiva, sin tener, por normativa, que esperar a la subasta del género en alguna de las cinco lonjas de la provincia (Almería, Garrucha, Adra, Carboneras y Roquetas). 

Ayer, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó un nuevo decreto de comercialización de productos de la pesca que regula la primera venta a través de contratos de abastecimientos acordados antes de la captura. Algo que ya se venía haciendo desde la legislación estatal de 2015, pero sin estar regulado. 

Con esta modalidad, que se añade a la tradicional de la subasta, el armador se asegura la venta y el comprador el precio que va a pagar. Como novedad, el decreto andaluz que hoy entra en vigor exige que estos contratos se formalicen por escrito, se registren en la lonja y contengan información sobre su duración, especies y precio. Es lo que tendrá que hacer, a partir de ahora una marisquería, un restaurante o un supermercado que quiera abastecerse de pescado fresco a precio tasado. Sin embargo, ha aclarado la directora general de Pesca, Margarita Pérez, en declaraciones ayer  a LA VOZ, “el género deberá seguir resgistrándose en lonja, aunque no se subaste”.

Etiquetas con el nombre de  Mar de Alborán
Otra de las ventajas del nuevo decreto para la flota de la provincia de Almería es que permite que a la etiqueta genérica de la FAO, que debía llevar por fuerza pescado y marisco pescado en aguas de las Baleares, por fuerza de la normativa comunitaria, se le puede añadir ahora un ‘apellido’: pescado del Mar de Alborán, de Garruha o de Adra.

“Esto va a ser muy importante también para el gremio porque es una reivindicación de hace muchos años de los armadores”, recalca Pérez.

Tanto en las lonjas como en los demás establecimientos, la trazabilidad de los productos se garantiza a través de la emisión y transmisión electrónica de documentos como las notas de venta y los documentos de recogida, transporte y registro, dentro de la transposición de la normativa europea a la andaluza. Los datos obtenidos son también de utilidad para la elaboración de estadísticas y para el mantenimiento de los recursos pesqueros. 

El sistema de información andaluz, oficializado en el decreto e integrado en la aplicación 'Trazapes' de la Administración central, obliga a detallar en los documentos los datos relativos a nombre de la especie, arte de pesca y zona de captura, entre otros que deben llegar al consumidor final. El decreto también abre la posibilidad de hacer mención de los caladeros andaluces en las etiquetas de lonja, como paso previo a una promoción de calidad diferenciada frente a productos del exterior.

En Andalucía hay 25 lonjas (12 en el Golfo de Cádiz y 13 en el Mediterráneo), con un censo vinculado de 1.703 compradores. El pasado año gestionaron una producción de 48.124 toneladas por un valor de 150 millones de euros. 

De acuerdo con el decreto, las lonjas de los puertos y sus centros de expedición asociados son los únicos recintos donde se puede realizar la primera venta de los productos de la pesca extractiva y del marisqueo de embarcación, sean vivos, frescos o refrigerados (se excluyen los congelados o transformados a bordo de los barcos).