Endesa solicitó al Ministerio para la Transición Ecológica el cierre de la Central Térmica de Carboneras para el 30 de junio pasado. Pero la realidad es que en esta primera semana de julio, la factoría sigue abierta y se ha reactivado hace unos días por indicaciones de Red Eléctrica, el transportista de la energía en España que tiene la función de asegurar el correcto funcionamiento del sistema eléctrico y cuyo 20% pertenece al Estado.
El motivo de la puesta en funcionamiento por unos días del Grupo II es el de garantizar la estabilidad del suministro eléctrico en una zona especialmente afectada por el auge de las energías renovables, que, según Red Eléctrica, “debilita el control de la red y eleva la inestabilidad del sistema”. La Central de Carboneras dejó de tener actividad a finales de 2020, a pesar de que se volvió a reactivar por un periodo en enero por fuerte demanda energética de esas fechas. El cierre tiene que llevarse a cabo una vez que el Gobierno lo publique en el Boletín Oficial del Estado, al igual que la central de As Pontes, en La Coruña.
Tal es así, que nadie puede garantizar cuando se va a producir el cierre, que Endesa ha prorrogado el contrato durante el presente mes de julio a 33 trabajadores de la plantilla.
Una buena parte de la plantilla sigue negociando su salida a través de prejubilaciones y otra se ha ido recolocando en otras instalaciones de Endesa dedicadas a centrales hidráulicas en Málaga, Jaén, Sevilla, Córdoba y Canarias.
Los planes de Endesa, controlada por la italiana Enel, es mantener un retén de siete trabajadores en la oficina técnica hasta que se inicien los trabajos de desmantelamiento de la factoría que durarán años y para los que a día de hoy no hay fecha.
Fuente sindicales expresan que si se sigue demandando su reactivación por parte de Red Eléctrica con provisión de carbón, cada vez será más difícil cumplir el objetivo, porque es necesario un mantenimiento y puesta al día que ya se está empezando a dejar de hacer. Cada vez que se reactiva, además, sube el precio de la energía para los consumidores, junto al porcentaje energético que es necesario importar de procedente de países como Marruecos, Portugal o Francia.
La Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC) ya instó en mayo al Ministerio para la Transición Ecológica para que mantenga parcialmente operativa la Central Térmica de Carboneras.
El supervisor ha elevado esta petición año y medio después de que Endesa solicitase permiso al Gobierno para iniciar su desmantelamiento ante los altos costes impuestos a los derechos de emisión que hacen que la producción ya no sea rentable.
Lo cierto es que, a la fecha, Endesa aún no tiene la pertinente autorización ministerial para desmantelar la factoría sobre una superficie de 250.000 metros cuadrados y un puerto de carga y podría ser que tuviera en cuenta la recomendación de la CNMC para mantener los puntos de conexión a la red de uno de los dos grupos que consumen carbón y gasóleo.
Endesa inició los trámites para clausurar Carboneras el 27 de diciembre de 2019, cuando presentó ante la Subdelegación del Gobierno en Almería, la solicitud de autorización de cierre definitivo.
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