Qué tienen en común las Minas de Alquife y un chatarrero de Níjar

La sociedad de gananciales representada por el matrimonio de Níjar Manuel Sánchez Ferre y Carmen Redondo Segura ha recurrido en los tribunales la puesta en explotación de las minas granadina de Alquife tras más de veinte años clausuradas. 

El despacho de abogados que representa a esta sociedad almeriense recuerda ante la reactivación de la actividad del mineral de hierro desde la comarca de El Marquesado al Puerto de Málaga que “todas las resoluciones judiciales están recurridas, al margen de otros procedimientos judiciales en marcha”.

Los abogados del matrimonio declaran que en marzo de 2008 Manuel Sánchez y Carmen Redondo vendieron una parte del conjunto minero de Alquife a tres empresas domiciliadas en Luxemburgo: Hispaimo, Rura Develop y Lux Terra Develo por 14 millones de euros.

Según la parte vendedora, solo pagó una de las empresas compradoras, no así Rura y Lux Terra que manifestaron que por falta de liquidez no podían atender el pago. 

La sociedad de gananciales entiende desde entonces que las tres empresas compradoras formaban parte de un mismo hólding representado por Jurn Honnerk Fautek, de nacionalidad alemana, y la española Puche. Al no realizarse el pago pendiente, la sociedad del matrimonio nijareño ha seguido trámites procesales ante el juzgado número 1 de lo Mercantil de Almería. 

También ha presentado diversos recursos contenciosos ante la Administración de la Junta de Andalucía por diferentes resoluciones administrativas sobre Minas de Alquife. 

Los abogados de la parte vendedora aluden al Auto emitido por el juzgado de lo Social número 1 de Granada de 2000 que adjudicaba las propiedades físicas como los derechos mineros a la sociedad de gananciales, “por lo que consideramos que Sánchez Ferre y Redondo Segura son los titulares de varias de las fincas, de los derechos mineros y del aprovechamiento de los lodos. La historia de Manuel Sánchez Ferre, este David que pretende derribar a Goliath, es la de un emprendedor que comenzó con un primario negocio de chatarrería. Posteriormente se dedicó a la compraventa de fincas agrícolas y residenciales en la zona de Campohermoso y Lucainena. A finales de los 90 adquirió una parte de los terrenos de Alquife a los antiguos mineros, a través de un grupo británico.

Diez años después, en 2008, decidió venderlos y encontró comprador en las tres sociedades luxemburguesas.

La intención de este grupo en un principio era hacer un campo de golf y un residencial protegiendo el poblado minero como reclamo turístico. El matrimonio vendió 700 de las 1.643 hectáreas de su propiedad, pero el consorcio empresarial incumplió compromisos de pago dejando pendiente 3,5 millones de euros, según sus abogados.

Ahora, el futuro se torna más complicado para este proyecto industrial en marcha, con el litigio sobre los terrenos, a la espera de una resolución judicial definitiva y ante la creencia de que Manuel Sánchez y Carmen Redondo considera que parte de los terrenos son suyos puesto que la firma no pagó, según ellos, 3,5 millones de euros.