Las negras perspectivas de los tres años anteriores, y los nubarrones que han afeado las cuentas públicas y privadas a lo largo del recién concluido 2022, en forma de la guerra de Ucrania o la brutal subida de la inflación, parecen remitir en estos primeros compases del año nuevo.
Aún siendo un día festivo, el de ayer concentró en los comercios y tiendas de alimentación a un buen número de almerienses que quisieron comprobar por sus propios medios que medidas como la reducción del IVA a los productos básicos de la cesta de la compra se hacían patentes.
Es el síntoma más visible de lo que aparece como un año para la esperanza de los consumidores, pero no el único, afortunadamente. Varios colectivos han visto recuperarse sus maltrechas economías, castigadas por una tasa de inflación que llegó a superar el año pasado los diez puntos.
Poder adquisitivo
Entre esos colectivos el de los pensionistas, más de 150.000 personas que, desde este pasado día 1 de enero, han visto revalorizarse sus pensiones en un 8,5 por ciento en el caso de las contributivas y un 15 por ciento en las no contributivas.
Beneficio también para el salario mínimo, que subirá entre un 4,6 y un 8,2 por ciento, hasta cerca de 1.100 euros mensuales (con catorce pagas), aunque en este caso habrá que esperar a las negociaciones de los sindicatos, que piden un alza del 10 por ciento, y la patronal, que no quiere pasar del cuatro por ciento. Sea cual fuere el incremento, tendrá carácter retroactivo a fecha 1 de enero.
La base máxima de cotización se revalorizará un 8,5 por ciento; el desempleo recupera el 60% de la base reguladora de la prestación por desempleo; el ingreso mínimo vital sube un 15 por ciento, hasta los 565,37 euros mensuales y otro colectivo más que numeroso, el de los funcionarios, con cerca de 100.000 personas, dispondrán de un alza salarial inicial del 2,5 por ciento, al que habrá que sumar otro punto variable en función del comportamiento de la inflación y el avance del PIB.
Las ‘rebajas’
A lo largo de las últimas semanas se han ido sumando medidas destinadas a amortiguar el impacto de las fuertes subidas de precios, ese ‘coste de la vida’ que para más de 200.000 almerienses se ha hecho casi insoportable. Entre ellas la llamada ‘excepción ibérica’ que ha supuesto un ahorro medio anual estimado de 150 euros en la factura de la luz, la reducción del precio del bonobús urbano, la congelación de los precios del alquiler de vivienda, que no podrá subir hasta el próximo verano o el cheque de pago único que han recibido o van a recibir en torno a 40.000 familias almerienses para suavizar el impacto del Índice de Precios de Consumo.
No todo baja, de cualquier manera, ya que el primer día de 2023 supuso el final de los 20 céntimos de ayuda del Gobierno en las gasolinas (que en todo caso han bajado de precio en cerca del 9% en el último mes de 2022), y suben además gas, autopistas o telecomunicaciones.
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